Las protestas contra la subida del coste de la vida en Nigeria se desvanecieron el lunes, ya que pocas personas acudieron a las principales ciudades después de que las fuerzas de seguridad emplearan una fuerza letal para sofocar las manifestaciones.

Cientos de miles de personas habían salido a la calle en ciudades como la capital, Abuja, y el centro comercial, Lagos, exigiendo un alivio de las dificultades económicas y la inseguridad generalizada, en unas protestas que comenzaron el pasado jueves y debían continuar hasta el 10 de agosto.

Según Amnistía Internacional, al menos 13 personas han muerto en enfrentamientos con la policía desde el jueves. La policía ha cifrado en siete el número de muertos, atribuyendo algunos de ellos a accidentes y a un artefacto explosivo.

La firme respuesta de la policía y el llamamiento a una pausa en las protestas por parte del presidente Bola Tinubu han atenuado las manifestaciones.

En Lagos, donde las manifestaciones han sido mayoritariamente pacíficas, unas 100 personas se reunieron en el lugar de la protesta cantando y coreando "tenemos hambre". En Abuja, no había señales de protestas en el estadio principal donde los manifestantes se han estado reuniendo desde el jueves.

Se ha impuesto el toque de queda en algunas zonas del norte y en el estado central de Plateau después de que las protestas se volvieran violentas.

El domingo, Tinubu pidió el fin de la violencia y dijo que siempre estaba abierto al diálogo.

Tinubu, en el cargo desde mayo de 2023, defendió sus reformas económicas, que han incluido el fin parcial de las costosas subvenciones a la gasolina y la electricidad y la devaluación del naira, como necesarias para revertir años de mala gestión económica.