El Regimiento Azov, una unidad de la guardia nacional ucraniana de origen ultranacionalista y de extrema derecha, acaparó la atención internacional por su resistencia al asedio ruso de la inmensa acería de Mariupol.

Después de luchar durante semanas desde los búnkeres y túneles bajo la acería, cientos de combatientes de Azov se rindieron en mayo a las fuerzas respaldadas por Rusia.

Aunque los prisioneros de Azov aún no han sido acusados formalmente, el 2 de agosto el Tribunal Supremo de Rusia dictaminó que el regimiento era una organización terrorista, despejando el camino para que los combatientes capturados sean acusados como tales.

Ucrania, que ha juzgado y condenado a su vez a una serie de soldados rusos por crímenes de guerra cometidos contra civiles, afirma que los cautivos de Azov son prisioneros de guerra, que merecen la protección de los Convenios de Ginebra.

"El primer tribunal tendrá lugar probablemente en Mariupol y se organizará antes de que termine el verano", dijo Denis Pushilin, jefe de la autoproclamada República Popular de Donetsk, a los periodistas durante una gira organizada por el Ministerio de Defensa ruso.

Pushilin habló en la prisión de Olenivka, en la región de Donetsk, donde 53 prisioneros de guerra ucranianos, entre ellos combatientes de Azov, murieron el 29 de julio durante los bombardeos que tanto Ucrania como Rusia se han atribuido mutuamente.

Pushilin dijo que el juicio en Mariupol estaría abierto a los medios de comunicación y a los representantes internacionales: "La tarea es celebrar un juicio lo más abierto posible, para que nadie tenga dudas".

Rusia cita regularmente a Azov en apoyo de su afirmación de que Ucrania está controlada por "fascistas". Los medios de comunicación estatales rusos han comparado a los combatientes de Azov con los nazis de la época de la Segunda Guerra Mundial, cuya derrota a manos de la Unión Soviética sigue siendo una parte fundamental de la identidad nacional rusa.

Kiev dice que el Regimiento Azov se reformó alejándose de sus orígenes radicales y que no tiene nada que ver con la política. El propio regimiento también se ha distanciado de las opiniones de su fundador nacionalista.

El regimiento niega las acusaciones de fascismo, nazismo y racismo y dice que Rusia difunde desinformación sobre el regimiento.