El gobierno de Biden ha rechazado hasta ahora las solicitudes del dron armable MQ-1C Gray Eagle, que tiene un techo operativo de 29.000 pies y representaría un gran salto tecnológico para Ucrania.

El rechazo se ha basado en la preocupación de que los aviones no tripulados puedan ser derribados, no sean esenciales para el esfuerzo bélico de Ucrania y puedan intensificar el conflicto, pero el Pentágono no ha dejado constancia de su postura.

Ucrania ha hecho numerosos llamamientos para que Estados Unidos le suministre los potentes drones, recientemente con misiles antidrones, con la esperanza de que Washington dé marcha atrás en su anterior oposición, ya que Rusia recurre cada vez más a los drones kamikaze y ataca infraestructuras civiles.

Los senadores, entre los que se encuentran la republicana Joni Ernst y el demócrata Joe Manchin, ambos miembros del Comité de Servicios Armados del Senado, expresaron su preocupación por la oposición de Estados Unidos a la solicitud, y dijeron que la provisión del dron armable "exige una cuidadosa reconsideración".

Un portavoz del Pentágono dijo: "Como cuestión de política, no comentamos nuestra comunicación con los funcionarios electos".

Los senadores dieron al secretario de Defensa, Lloyd Austin, hasta el 30 de noviembre para que explicara por qué el Pentágono creía que el dron no era apropiado para la lucha en Ucrania, si las preocupaciones estadounidenses relacionadas con la transferencia de tecnología eran superables y si el Pentágono pensaba que la introducción del dron, fabricado por General Atomics, antagonizaría aún más a Rusia.

La carta y su contenido fueron reportados por el Wall Street Journal a primera hora del martes.