Miles de manifestantes en la capital eslovaca sostenían pancartas y coreaban eslóganes el viernes acusando al primer ministro Robert Fico de arrastrar al país hacia Rusia después de que se reuniera con el presidente Vladimir Putin el mes pasado en medio de una disputa por el gas con Ucrania.

Eslovaquia ha discutido con Ucrania por su decisión de interrumpir el tránsito de gas ruso a través de su territorio a partir del 1 de enero, buscando cortar el flujo de ingresos de Moscú.

Eslovaquia había intentado mantener el tránsito de gas, y Fico se reunió con Putin en Moscú el 22 de diciembre después de que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, rechazara ampliar cualquier flujo de gas.

Su viaje a Moscú fue sólo el tercero de un jefe de gobierno de la UE desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022.

"Eslovaquia es Europa, no somos Rusia", dijo uno de los organizadores a la multitud que ondeaba banderas eslovacas y de la UE, sostenía carteles que decían "Eslovaquia está con Ucrania" y coreaba "¡Basta de Rusia!" y "¡Vergüenza!".

Los organizadores estimaron que 15.000 personas protestaron en Bratislava, llenando una plaza central.

Fico ha afirmado que la interrupción del paso de gas a través de Ucrania costará a Eslovaquia unos 1.500 millones de euros en concepto de pérdida de tarifas por el tránsito de flujos hacia Europa y debido al aumento de los precios del gas.

Ha amenazado con tomar represalias posiblemente recortando la ayuda humanitaria a Kiev, poniendo fin al apoyo a los refugiados ucranianos en Eslovaquia o interrumpiendo el suministro eléctrico de emergencia a Ucrania mientras Rusia ataca su red eléctrica.

"Me preocupa que nuestro gobierno nos dirija hacia Rusia y ... no esté del lado de los ciudadanos", declaró Barbara Fandelova, profesional del marketing de 45 años.

Fico ha dado un giro a la política exterior de Eslovaquia, miembro de la UE y de la OTAN, desde que asumió el poder en 2023, impulsando las relaciones con Rusia y negándose a proporcionar ayuda militar a Ucrania.

El viernes, dijo que Putin había prometido que la rusa Gazprom encontraría vías alternativas para suministrar gas a Eslovaquia.

Alrededor de 13.500 millones de metros cúbicos de gas circularon por Ucrania el año pasado, incluidos unos 3.000 millones de metros cúbicos para el consumo eslovaco.

La UE ha dicho que no había necesidad de ampliar el contrato de tránsito a través de Ucrania y que los países que reciben gas ruso tenían acceso a suministros alternativos.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano afirmó el viernes que el problema residía en Rusia y en la falta de voluntad de "ciertos políticos" para reducir su dependencia de Moscú.