La región separatista moldava de Transdniestria, apoyada por Moscú, prorrogó el viernes un mes más el estado de emergencia, mientras se enfrenta a una crisis energética tras perder el acceso al suministro de gas ruso que había apuntalado su economía durante décadas.

La rusa Gazprom suspendió las exportaciones de gas a Transdniestria el 1 de enero, alegando una deuda moldava impagada de 709 millones de dólares. Moldavia discute esa deuda y dice que Moscú está maquinando una crisis para socavar su gobierno prooccidental.

Rusia suministraba gas a Transdniéster a través de Ucrania y Moscú culpa de la crisis a Kiev, que se negó a renovar un acuerdo de tránsito de gas que expiró el 31 de diciembre debido a la invasión rusa. Moldavia, que apoya a Ucrania, afirma que Moscú podría utilizar una ruta alternativa para continuar con los suministros.

Los residentes y las empresas de Transdniestria, que se separó de Moldavia en los últimos días del régimen soviético y ha dependido durante mucho tiempo exclusivamente del gas ruso, se han enfrentado desde entonces a cortes de gas, cortes de electricidad continuos y problemas con el suministro de agua.

Las autoridades separatistas dijeron en la aplicación Telegram que los residentes tendrían cinco horas de cortes de electricidad el viernes y que el estado de emergencia se mantendría al menos hasta el 8 de febrero.

El gobierno proeuropeo de Moldavia acusa a Rusia de crear artificialmente la crisis energética para desestabilizar el país antes de las elecciones parlamentarias de este verano.

El presidente moldavo, Maia Sandu, ha declarado que Gazprom podría suministrar gas a Transdniestria a través de una ruta alternativa, TurkStream.

Transdniestria culpa a Moldavia y Ucrania de la crisis energética en la que se ha visto sumida.

Un funcionario de Transdniestria declaró el miércoles que los volúmenes de almacenamiento de gas de la región separatista serían suficientes para los próximos 24 días, según el medio local Novosti Pridnestrovya.

Transdniestria libró una breve guerra contra las fuerzas gubernamentales moldavas en 1992 y todavía acoge a 1.500 soldados rusos en el diminuto territorio vecino de Ucrania.