Las buenas estadísticas a ambos lados del Atlántico y la relajación de los temores inflacionistas, con los discursos muy acomodaticios de los banqueros centrales, han permitido que el índice de París continúe su racha récord, evolucionando ahora a su nivel más alto desde septiembre de 2000.
Así pues, el apetito por el riesgo se mantiene intacto, y los operadores parecen reconfortados por el hecho de que la inflación es temporal y no justifica ningún cambio en las políticas monetarias de los bancos centrales.

Desde principios de año, el rendimiento ha sido excepcional. La tendencia se ha visto apoyada en particular por los valores financieros y de lujo, como Société Générale, que ha ganado un 58%. Saint Gobain ganó un 55%, ArcelorMittal un 44,6%, Publicis y Hermès un 37%. En la parte baja de la tabla, Atos baja un 26% y Alstom un 2,8%.

A la espera de la temporada trimestral de julio, los ojos deben permanecer centrados en los datos de inflación, para detectar la más mínima inflexión en el discurso de los bancos centrales, sinónimo de una futura subida de tipos o una reducción de los programas de compra de activos. Estos anuncios podrían ser una fuente de volatilidad para los índices.

Desde el punto de vista técnico, la tendencia es alcista en las diferentes escalas de tiempo. A muy corto plazo, sólo un retorno por debajo de los 6480 puntos sería un primer indicio bajista a favor de una consolidación con los 6390 puntos como primer objetivo bajista. De lo contrario, el índice podría volver rápidamente a la zona de 6670/6700 puntos.