(Corrige en el párrafo 13 la extensión de la declaración Bellenhaus a 95 páginas, no 100 páginas)

MÚNICH, 19 dic (Reuters) -El testigo clave de la acusación en el mayor juicio por fraude de la posguerra en Alemania admitió el lunes su culpabilidad en una estafa que condujo a la quiebra de Wirecard, pero dijo que la empresa fue una "estafa" desde el principio, con el ex consejero delegado Markus Braun en el centro del entramado.

La caída de Wirecard hace dos años sacudió a la clase empresarial alemana, sometiendo a un intenso escrutinio a los políticos que la habían respaldado y a los reguladores, que tardaron años en investigar las acusaciones contra la empresa de pagos.

Oliver Bellenhaus, que dirigía la filial de Wirecard en Dubai, se convirtió en un testigo clave del caso tras entregarse a las autoridades alemanas en 2020.

Bellenhaus está siendo juzgado junto con el ex director ejecutivo Braun --que niega haber cometido irregularidades y acusa a otros de dirigir una operación en la sombra sin su conocimiento-- y otro alto cargo de la desaparecida empresa.

Se enfrentan a cargos que incluyen fraude y manipulación del mercado y podrían ser encarcelados hasta 15 años si son declarados culpables.

Florian Eder, abogado de Bellenhaus, declaró a Reuters que la cooperación de su cliente debería traducirse en una "reducción muy significativa" de su condena. Bellenhaus lleva cerca de dos años en prisión preventiva.

Al inicio del juicio este mes, los fiscales acusaron a los procesados de formar parte de una organización que inventó enormes sumas de ingresos fantasma mediante transacciones falsas con empresas asociadas para engañar a acreedores e inversores.

Los fiscales dijeron que el engaño permitió a los directivos desviar dinero de Wirecard durante años.

"Las pequeñas mentiras se convirtieron en grandes mentiras. Fue una estafa desde el principio", dijo Bellenhaus al tribunal, lamentando profundamente su participación y el daño que causó.

En su testimonio de la semana pasada, los abogados de Braun alegaron que Bellenhaus fue el principal autor del fraude en Wirecard, que empezó procesando pagos por pornografía y apuestas en internet y llegó a ser una empresa del DAX valorada en 28.000 millones de dólares.

Sin embargo, Bellenhaus declaró el lunes ante el tribunal que fue su "lealtad ciega" a Braun, a quien describió como un "director ejecutivo absolutista", lo que le llevó a los tribunales de Múnich.

"Braun daba las órdenes y todo el mundo las seguía", afirmó.

En su declaración de 95 páginas, Bellenhaus describe cómo se falseaban las cuentas y se falsificaban los ingresos.

En un momento dado, el personal alquiló espacio en un hotel de Dubái, donde generaron transacciones falsas para una auditoría, dijo, añadiendo que la ubicación remota fue elegida para alejarse de periodistas y por su proximidad a un centro comercial para la comida

Fundada en 1999 y con sede en el suburbio muniqués de Aschheim, Wirecard se convirtió en la muestra de un nuevo tipo de empresa tecnológica alemana que podía competir con los grandes titanes  de la mayor economía de Europa.

Sin embargo, tras presionar con éxito a las autoridades alemanas para que investigaran a quienes escudriñaban sus finanzas, Wirecard se vio finalmente obligada a admitir en junio de 2020 que faltaban 1.900 millones de euros en su balance.

No se espera un veredicto hasta 2024 como pronto.

(Información de Christina Amann; información adicional de Marta Orosz; escrito por Tom Sims; editado en español por Tomás Cobos)