El brote ruandés del mortífero virus de Marburgo está remitiendo tras la vacunación de las personas más vulnerables, incluido el personal sanitario, pero los casos de mpox siguen extendiéndose a nuevos países africanos, según declararon el jueves el ministro de Sanidad ruandés y el responsable de los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades.

A principios de octubre, Ruanda comenzó a administrar dosis de vacunas contra el virus de Marburgo para combatir un brote de esta enfermedad similar al ébola en el país del este de África.

Las nuevas infecciones se han reducido ya en más de un 50% en comparación con las dos primeras semanas, declaró el ministro de Sanidad, Sabin Nsanzimana, que añadió que el país había vivido días consecutivos sin nuevos casos ni muertes y que la mayoría de las personas se estaban recuperando en los centros de tratamiento.

"En general, la tendencia es muy alentadora, muy positiva, tanto en lo que se refiere a la disminución significativa de las nuevas infecciones como a la reducción de la mortalidad", declaró Nsanzimana a los periodistas en una sesión informativa en línea.

El ministro dijo que las últimas cifras mostraban 62 casos confirmados de la fiebre hemorrágica vírica y 15 muertes. Dijo que 38 personas se habían recuperado de la enfermedad y nueve seguían bajo tratamiento.

Mientras tanto, el brote de mpox que la Organización Mundial de la Salud ha declarado emergencia de salud pública de preocupación internacional continuó extendiéndose por el continente, declaró en la misma sesión informativa Jean Kaseya, director general de los CDC de África.

El número de países afectados pasó de seis estados miembros de la Unión Africana en abril a 18 en octubre, dijo Kaseya.

"No queremos que todos los países africanos se vean afectados. Por eso tenemos que intensificar nuestros esfuerzos", afirmó.

En lo que va de año, África ha registrado más de 42.000 casos sospechosos de viruela símica, incluidas 1.100 muertes, según los datos de los CDC africanos.

Kaseya dijo que aunque se han prometido más de 800 millones de dólares para la lucha contra el mpox, los donantes tardan en traducir estas promesas en el dinero y las vacunas necesarias para acelerar la respuesta.

"Queremos ver ahora acciones concretas sobre el terreno para detener este brote... No podemos seguir así. Necesitamos salvar vidas de personas, necesitamos dar futuro a nuestro continente".