Las acciones globales retrocedieron y el dólar se fortaleció este jueves, reflejando la preferencia de los inversores por activos considerados refugios seguros ante la creciente preocupación por una posible implicación de Estados Unidos en la guerra aérea entre Israel e Irán, un conflicto que esta semana ha disparado el precio del petróleo.
En el ámbito geopolítico, el presidente Donald Trump mantuvo la incertidumbre mundial sobre si Estados Unidos se sumará al bombardeo israelí de instalaciones nucleares iraníes, declarando a la prensa frente a la Casa Blanca el jueves: "Puede que lo haga. Puede que no lo haga."
Una serie de decisiones de bancos centrales en Europa puso de manifiesto cómo el enfoque errático de Trump respecto al comercio y los aranceles ha complicado la labor de los banqueros centrales a la hora de definir la política monetaria.
En Europa, el índice STOXX 600 cayó un 0,6%, encadenando su tercer día de descensos y acumulando una pérdida cercana al 2,5% en la semana, lo que supondría su mayor caída semanal desde la turbulencia provocada por los aranceles en abril.
Los futuros del S&P 500 de EE.UU. bajaron casi un 1%, aunque la mayoría de los mercados estadounidenses -incluyendo Wall Street y el mercado de bonos del Tesoro- permanecerán cerrados este jueves por festivo nacional.
"Los participantes del mercado siguen nerviosos e inseguros", señaló Kyle Rodda, analista sénior de mercados financieros en Capital.com.
Rodda añadió que abundan las especulaciones "sobre una posible intervención de EE.UU., lo que supondría una escalada significativa y podría provocar una represalia directa de Irán contra Estados Unidos".
"Un escenario así aumentaría el riesgo de un conflicto regional mayor, con implicaciones para el suministro energético global y, probablemente, para el crecimiento económico".
Gran parte de la reciente inquietud en los mercados se ha centrado en los posibles shocks de suministro de crudo desde Oriente Medio, lo que ha impulsado el precio del petróleo en un 11% en solo una semana. El Brent subió un 2% hasta los 78 dólares por barril este jueves, cerca de su nivel más alto desde enero.
El oro cotizaba en torno a los 3.365 dólares la onza, ligeramente a la baja en la jornada.
El dólar se apreció de forma generalizada, dejando al euro un 0,2% abajo, en 1,1462 dólares, mientras que las divisas de Australia y Nueva Zelanda -ambas ligadas al riesgo- retrocedieron alrededor de un 1%.
POLÍTICA MONETARIA DE LOS BANCOS CENTRALES
La Reserva Federal mantuvo los tipos de interés sin cambios el miércoles, para disgusto de Trump, y los responsables de la política monetaria mantuvieron sus previsiones de dos recortes de un cuarto de punto este año.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, adoptó un tono prudente sobre futuras bajadas, afirmando que espera una inflación "significativa" como consecuencia de los agresivos aranceles comerciales de Trump.
Estrategas de MUFG señalaron que la Fed "está subestimando la debilidad de la economía que ya existía antes del shock arancelario, específicamente, ignorando casi por completo las grietas visibles en el mercado laboral desde hace años".
Este jueves, el Banco de Inglaterra mantuvo sin cambios los tipos en el Reino Unido, como se esperaba, y los responsables advirtieron que la incertidumbre sobre la política comercial seguirá lastrando la economía, lo que provocó una caída de la libra esterlina.
El Norges Bank sorprendió a los mercados con un recorte de un cuarto de punto que presionó a la corona noruega, mientras que el Banco Nacional Suizo rebajó los tipos hasta el 0%, como se esperaba, pero el hecho de no situarlos en negativo impulsó al franco, dejando al dólar un 0,1% abajo en 0,8184 francos.
En los mercados de materias primas, el precio del platino alcanzó su nivel más alto en casi 11 años, cerca de los 1.300 dólares la onza, impulsado en parte por lo que los analistas describen como una búsqueda de alternativas más baratas al oro por parte de los consumidores.