Desde nuestra última actualización mensual, el ambiente en los mercados financieros ha cambiado notablemente, con un claro retorno del apetito por el riesgo, lo que ha permitido a la mayoría de los índices recuperar algo de terreno. Los resultados de la temporada de beneficios trimestrales son en general positivos, pero son sobre todo la evolución de la inflación y la perspectiva del fin del endurecimiento monetario los principales catalizadores de este movimiento.
A medida que se acerca el final del año, la temporada de resultados del tercer trimestre toca a su fin. Al otro lado del Atlántico, casi el 82% de las empresas del S&P500 han superado las expectativas en términos de beneficios por acción. Actualmente se espera que los beneficios aumenten un 4,3% en el tercer trimestre de 2023 (frente al -0,3% previsto a finales de septiembre). Se trata del primer aumento de beneficios desde el tercer trimestre de 2022. Los analistas también esperan que los beneficios aumenten un 3,2% en el cuarto trimestre, y luego un 6,7% y un 10,5% en los dos primeros trimestres de 2024 (según el consenso de Factset), lo que debería mantener el entusiasmo por los activos de riesgo.
En cuanto a la macroeconomía, las últimas estadísticas han sido especialmente tranquilizadoras sobre la trayectoria de los bancos centrales. En Estados Unidos, el índice IPC bajó a una tasa anualizada del 3,3% (frente al 3,7% del mes pasado). Los precios de producción bajaron un 0,5% intermensual (+0,4% anteriormente) y los precios de importación también cayeron un 0,8% (+0,4% el mes pasado). Al mismo tiempo, la economía estadounidense parece ralentizarse: la producción industrial (-0,6%), las ventas al por menor (-0,1%) y las solicitudes semanales de subsidio de desempleo subieron a 231 000 (218 000 el 16 de noviembre).
En consecuencia, los operadores apuestan ahora por una interrupción definitiva de las subidas de tipos en Estados Unidos y por un primer recorte en marzo (probabilidad en torno al 30%). A este recorte podrían seguir tres más de aquí a finales de 2024, lo que provocaría una nueva caída de los rendimientos y del billete verde.
Al mismo tiempo, las perspectivas económicas siguen siendo bastante inciertas en la zona euro, con un descenso de la producción industrial del 1,1%, del PIB del 0,1%, de las ventas al por menor del 0,3% y una inflación que se mantiene en niveles elevados (el índice IPC ha subido un 2,9%).