Tras meses de turbulencias políticas, guerra y una popularidad en caída libre, el contundente ataque de Israel contra Irán probablemente redefinirá el legado del primer ministro Benjamin Netanyahu, según coinciden aliados y analistas.

Durante una ofensiva aérea de 12 días ordenada por Netanyahu, Israel bombardeó sitios nucleares en el corazón de Irán, eliminó a varios de los principales comandantes y científicos militares de su archienemigo, y atacó múltiples instalaciones de misiles en todo el país.

Ambas naciones acordaron un alto el fuego el martes y, aunque se acusaron mutuamente de violar el acuerdo en las horas posteriores al anuncio, Netanyahu no tardó en proclamar una victoria total.

"El Estado de Israel ha logrado grandes conquistas históricas y se ha posicionado junto a las superpotencias mundiales", afirmó el gobierno.

El tono triunfalista contrasta fuertemente con el 7 de octubre de 2023, cuando un ataque sorpresa de militantes de Hamás desde Gaza provocó el mayor fracaso de seguridad en la historia de Israel, asestando un golpe devastador a la reputación cuidadosamente construida de Netanyahu como guardián de la nación y desencadenando el colapso de su apoyo público.

La retórica reciente de Netanyahu "ha borrado por completo el 7 de octubre. Ahora solo habla de Irán", señaló la politóloga de la Universidad Hebrea, Dra. Gayil Talshir.

Sin embargo, la guerra contra Hamás en Gaza continúa, recordando constantemente los errores de 2023, y es probable que aumente la presión sobre Netanyahu para alcanzar un acuerdo que ponga fin a los combates y garantice la liberación de todos los rehenes restantes.

"Un acuerdo integral para devolver a todos los rehenes es el llamado del momento", afirmó Einav Zangauker, cuyo hijo Matan se encuentra entre los 20 rehenes en Gaza que aún se cree están vivos.

"Los anales de la historia se están escribiendo ahora, pero falta un capítulo, el capítulo del 7 de octubre. Netanyahu, depende de ti", escribió en X.

REDIBUJANDO EL MEDIO ORIENTE

A pesar de la sombra que proyecta Gaza, los beneficios políticos de la misión en Irán ya se están sintiendo.

Una encuesta publicada la semana pasada reveló que el 83% de los israelíes judíos apoyaron el asalto a Irán, y los encuestadores señalaron que esperaban que el partido Likud de Netanyahu, que durante mucho tiempo se preveía perdería el poder en unas elecciones nacionales, ahora ganaría terreno.

"Creo que habrá menos intención de castigarlo por el 7 de octubre", opinó Mitchell Barak, encuestador israelí que trabajó para Netanyahu en los años noventa. "Definitivamente está en una posición fuerte".

La operación en Irán marca un cambio dramático en la posición regional de Israel, que ha estado evolucionando a una velocidad vertiginosa en los últimos 20 meses.

Durante ese periodo, las fuerzas israelíes han debilitado severamente a su enemigo Hezbollah en Líbano, infligido grandes pérdidas a Hamás en Gaza, diezmado las defensas aéreas en Siria y ahora atacado directamente a Irán, una acción que antes se consideraba demasiado arriesgada.

Netanyahu también logró convencer al presidente estadounidense Donald Trump de sumarse al ataque y golpear sitios nucleares iraníes con bombas antibúnker que solo posee la fuerza aérea estadounidense, un logro para el líder israelí que durante años había intentado sin éxito persuadir a Washington para atacar Irán.

Trump dio al conflicto un significado adicional el martes al llamarlo "La guerra de 12 días", evocando la Guerra de los Seis Días de 1967, cuando Israel lanzó un ataque preventivo contra estados árabes vecinos y capturó la península del Sinaí, la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán.

Algunos aliados de Netanyahu están promoviendo una nueva narrativa para reinterpretar el ataque del 7 de octubre no como un fracaso, sino como una llamada de atención necesaria que finalmente impulsó a la nación a enfrentar de frente a sus enemigos regionales, en lugar de contenerlos.

"El 7 de octubre salvó al pueblo de Israel", declaró Aryeh Deri, socio de la coalición gobernante de derecha, al canal de televisión Channel 14.

AJUSTE DE CUENTAS POLÍTICO

Netanyahu ahora enfrentará presión para negociar el fin del conflicto en Gaza, que hasta ahora ha causado la muerte de 56.000 palestinos, según las autoridades sanitarias locales, la mayoría de ellos civiles.

Los opositores lo han acusado de prolongar la lucha para evitar un ajuste de cuentas político sobre quién fue responsable del conflicto. La dilación ya no es aceptable, afirman.

"Ahora, Gaza", escribió el líder opositor Yair Lapid en X el martes. "Es el momento de cerrar también ese capítulo. De traer de vuelta a los cautivos, de terminar la guerra. Israel necesita empezar a reconstruir".

Israel se ha visto cada vez más aislado por sus acciones en Gaza, donde cortó la ayuda durante semanas, desoyendo las advertencias sobre hambruna, y redujo gran parte del enclave a escombros.

El propio Trump, en las últimas semanas, ha instado a Israel a concluir los combates, tras haber prometido durante su campaña electoral el año pasado traer la paz a la región.

No obstante, dentro del gobierno de Netanyahu, el martes parecía haber poca disposición a comprometerse o negociar.

"Ahora, con toda nuestra fuerza hacia Gaza, para completar el trabajo, destruir a Hamás y devolver a nuestros rehenes", escribió en X el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, socio de la coalición de extrema derecha.

Smotrich y otros miembros radicales del gabinete están presionando para una ocupación militar a largo plazo de Gaza, incluida la reimplantación de asentamientos judíos, algo que los palestinos y las naciones occidentales rechazarían con firmeza.

Talshir describió las próximas negociaciones sobre un alto el fuego en Gaza como una competencia entre Smotrich y Donald Trump "por ver quién tiene más influencia sobre Netanyahu", señaló.

Algunos analistas sugieren que Netanyahu podría intentar capitalizar la operación en Irán convocando elecciones un año antes, aunque el encuestador Barak considera que ampliar la escasa mayoría parlamentaria de su coalición tendría más sentido.

"Siempre que vas a elecciones, suena bien, pero es tirar los dados", concluyó.