Ahora lo que fue el hogar de Celia durante tres décadas yace en ruinas en el oleaje.

"Mis hijos crecieron aquí, mis dos nietos nacieron aquí, y ahora todo está perdido", dijo Celia, examinando los restos de la casa en El Bosque, un diminuto pueblo de pescadores al borde de una reserva de humedales en el estado de Tabasco.

Mientras los líderes mundiales se reúnen a miles de kilómetros de distancia en la cumbre del clima COP27 en Egipto, Celia y otros residentes de El Bosque están haciendo sonar la alarma sobre una "emergencia climática" que, según dicen, está destruyendo la pobre costa del sur de México.

Treinta casas del pueblo se han derrumbado en el mar a medida que la costa se ha erosionado, desplazando a 50 familias, según los grupos ecologistas Greenpeace México y Conexiones Climáticas.

Advierten que en los próximos meses podrían perderse otras 20 viviendas y la escuela primaria del pueblo.

"(Me siento) muy triste por lo que está pasando. El calentamiento global o como sea que lo llamen ya nos alcanzó", dijo Guadalupe Cobos, quien teme por su propia casa después de ver cómo se derrumban las de sus vecinos. Dice que quiere que el gobierno reubique a la comunidad.

Greenpeace México y Conexiones Climáticas dijeron el lunes que la situación de El Bosque "es un claro ejemplo de que el cambio climático afecta de manera desproporcionada e injusta a los más vulnerables" en México y que debe añadirse la urgencia para enfrentar el calentamiento global.

"La respuesta dada a esta comunidad será una referencia para las próximas comunidades de México que sigan su camino", dijeron los grupos en un comunicado.