Por Laila Bassam y Maya Gebeily
BEIRUT, 18 sep (Reuters) -La detonación de miles de localizadores dirigidos contra Hezbolá en Líbano ha dejado un misterioso rastro desde Taiwán hasta Hungría, al tiempo que ha aumentado la perspectiva de otra guerra a gran escala en Oriente Próximo entre el grupo respaldado por Irán y su archienemigo Israel.
La agencia de espionaje israelí Mossad, que cuenta con un largo historial de sofisticados ataques en suelo extranjero, colocó explosivos en el interior de buscapersonas importados por Hezbolá meses antes de las detonaciones del martes en las que murieron nueve personas, según dijeron a Reuters una fuente de seguridad libanesa de alto nivel y otra fuente.
La operación fue una brecha de seguridad sin precedentes de Hezbolá que hizo explotar miles de localizadores en todo Líbano, hiriendo a casi 3.000 personas, entre ellas muchos de los combatientes del grupo y el enviado de Irán a Beirut.
La fuente de seguridad libanesa dijo que los localizadores eran de Gold Apollo, con sede en Taiwán, pero la empresa afirmó en un comunicado que no fabricaba los dispositivos. Los fabricaba una empresa radicada en Budapest llamada BAC, que tiene licencia para utilizar su marca.
Hezbolá, apoyado por Irán, ha prometido tomar represalias contra Israel, cuyo ejército se negó a comentar las explosiones. Ambos bandos llevan librando una guerra transfronteriza desde que estalló el conflicto de Gaza el pasado octubre.
Aunque la guerra en Gaza ha sido el principal foco de atención de Israel desde el ataque del 7 de octubre de hombres armados dirigidos por Hamás, los combates a lo largo de la frontera norte de Israel con Líbano han alimentado el temor a un conflicto regional que podría arrastrar a Estados Unidos e Irán.
"Hezbolá quiere evitar una guerra total. Sigue queriendo evitarla. Pero dada la magnitud, el impacto en las familias, en los civiles, habrá presiones para una respuesta más contundente", afirmó Mohanad Hage Ali, del Carnegie Middle East Center.
Hezbolá afirmó el miércoles en un comunicado que "la resistencia continuará hoy, como cualquier otro día, sus operaciones de apoyo a Gaza, a su pueblo y a su resistencia, que es un camino separado del duro castigo que debe esperar al enemigo criminal (Israel) en respuesta a la masacre del martes".
Al parecer, el complot llevaba muchos meses gestándose, según dijeron varias fuentes a Reuters. Se produjo tras una serie de asesinatos de comandantes y dirigentes de Hezbolá y Hamás atribuidos a Israel desde el comienzo de la guerra de Gaza.
EL RASTRO LLEVA A BUDAPEST
La fuente de seguridad libanesa de alto nivel dijo que el grupo había encargado 5.000 buscas a Gold Apollo, que según varias fuentes se introdujeron en el país a principios de este año.
El fundador de Gold Apollo, Hsu Ching-Kuang, dijo que los buscas utilizados en la explosión habían sido fabricados por una empresa europea a la que Gold Apollo denominó BAC en un comunicado.
"El producto no era nuestro. Sólo llevaba nuestra marca", dijo el miércoles a la prensa el fundador y presidente de Gold Apollo, Hsu Ching-kuang, en las oficinas de la empresa en la ciudad de Nueva Taipéi, en el norte de Taiwán.
La dirección declarada de BAC Consulting en Budapest, la capital de Hungría, era un edificio de color melocotón situado en una calle residencial de las afueras. El nombre de la empresa estaba escrito en una hoja A4 en la puerta de cristal.
Una persona del edificio que pidió no ser citada dijo que BAC Consulting estaba registrada en la dirección, pero no tenía presencia física allí. La directora ejecutiva de BAC Consulting, Cristiana Barsony-Arcidiacono, dice en su perfil de LinkedIn que ha trabajado como asesora para varias organizaciones, entre ellas la UNESCO. No respondió a los correos electrónicos de Reuters.
Las actividades registradas de BAC son muy variadas, desde la publicación de juegos de ordenador hasta la consultoría informática, pasando por la extracción de crudo.
La fuente de seguridad libanesa de alto nivel identificó una fotografía del modelo del busca, un AR-924. Los combatientes de Hezbolá han estado utilizando buscapersonas como medio de comunicación de baja tecnología en un intento de eludir la localización israelí.
La fuente de seguridad libanesa de alto nivel dijo que los dispositivos habían sido modificados por el servicio de espionaje de Israel "a nivel de producción".
"El Mossad inyectó una placa dentro del dispositivo que tiene material explosivo que recibe un código. Es muy difícil detectarlo", dijo la fuente.
La fuente dijo que unos 3.000 de los localizadores explotaron cuando se les envió un mensaje codificado, activando simultáneamente los explosivos.
Otra fuente de seguridad dijo a Reuters que en los nuevos buscapersonas había ocultos hasta tres gramos de explosivos y que Hezbolá no los había detectado durante meses.
El Mossad de Israel ha adquirido notoriedad por sus complejas operaciones, que se remontan al audaz secuestro en 1960 del nazi de alto rango Adolf Eichmann. Más recientemente, la agencia de espionaje ha sido culpada de ciberataques y del asesinato de un importante científico iraní en 2020 con una ametralladora teledirigida.
Responsables israelíes no respondieron de inmediato a las solicitudes de Reuters para hacer comentarios.
FALLO DE SEGURIDAD
Hezbolá ha quedado tocada por el ataque, que dejó a combatientes y otras personas ensangrentadas, hospitalizadas o muertas. Un responsable de Hezbolá dijo que la detonación había sido el "mayor fallo de seguridad" del grupo en su historia.
En un discurso televisado el 13 de febrero, el secretario general del grupo, Hassan Nasralá, advirtió severamente a sus seguidores de que sus teléfonos eran más peligrosos que los espías israelíes, y les dijo que debían romperlos, enterrarlos o encerrarlos en una caja de hierro.
En lugar de ello, Hezbolá optó por distribuir localizadores a sus miembros en las distintas ramas del grupo, desde combatientes a médicos que trabajan en sus servicios de ayuda.
Las explosiones mutilaron a muchos miembros de Hezbolá, según las imágenes de los hospitales revisadas por Reuters. Los heridos presentaban lesiones de diversa consideración en la cara, dedos perdidos y heridas abiertas en la cadera, donde probablemente llevaban los localizadores.
Una descarga de misiles por parte de Hezbolá el día después del 7 de octubre abrió la última fase del conflicto y desde entonces ha habido intercambios diarios de cohetes, fuego de artillería y misiles, y hasta bombardeos de aviones israelíes en zonas profundas del territorio libanés.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo el lunes al Secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, que se estaba cerrando la ventana para una solución diplomática al enfrentamiento con Hezbolá.
(Información adicional de Tom Perry en Beirut, Phil Stewart y Matt Spetalnick en Washington; Ben Blanchard en Taipei, Krisztina Than y Krisztina Fenyo en Budapest; redacción de Phil Stewart, Michael Perry y Michael Georgy; edición de Miral Fahmy y Ros Russell; editado en español por Anxo Fariñas Torres)