Por Ben Blanchard y Faith Hung

TAIPÉI, 20 sep (Reuters) -Las autoridades de Taiwán y Bulgaria negaron el viernes su implicación en la cadena de suministro de miles de buscapersonas que detonaron el martes en Líbano en un mortífero golpe para Hezbolá.

El ataque del martes, y otro perpetrado el miércoles en el que se detonaron centenares de radios portátiles utilizadas por Hezbolá, causaron en conjunto 37 muertos y unos 3.000 heridos en Líbano.

La forma y el momento en que los buscapersonas se convirtieron en armas y se detonaron a distancia siguen siendo un misterio público y la búsqueda de respuestas ha implicado a Taiwán, Bulgaria, Noruega y Rumania.

Fuentes de seguridad señalaron a Israel como responsable de las explosiones de buscapersonas del martes, que aumentaron la tensión en el creciente conflicto entre ambas partes. Israel no se ha pronunciado directamente sobre los ataques.

Gold Apollo, radicado en Taiwán, dijo esta semana que no fabricó los dispositivos utilizados en el ataque, y que la empresa BAC, en Budapest, a la que se atribuyeron los localizadores, tiene licencia para utilizar su marca.

"Los componentes son (principalmente) circuitos integrados de gama baja y baterías", dijo a la prensa el ministro de Economía taiwanés, Kuo Jyh-huei.

Cuando se le preguntó si los componentes de los buscapersonas que explotaron habían sido fabricados en Taiwán, respondió: "Puedo decir con certeza que no fueron fabricados en Taiwán", y añadió que el caso está siendo investigado por las autoridades judiciales.

El ministro de Asuntos Exteriores de Taiwán, Lin Chia-lung, también en declaraciones a los periodistas en el Parlamento, respondió "no" cuando se le preguntó si se había reunido con el embajador israelí de facto para expresar su preocupación por el caso.

"Estamos pidiendo a nuestras misiones en el extranjero que aumenten su concienciación en materia de seguridad e intercambiaremos información relevante con otros países".

Bulgaria también se convirtió el jueves en foco de las investigaciones después de que medios locales informaran de que la empresa Norta Global Ltd, en Sofía, estaba implicada en la venta de los localizadores.

Pero la agencia estatal de seguridad búlgara, DANS, dijo el viernes que había "establecido indiscutiblemente" que ningún localizador utilizado en el ataque del Líbano había sido importado, exportado o fabricado en Bulgaria.

También afirmó que ni Norta ni su propietario noruego habían comercializado, vendido o comprado los localizadores dentro de la jurisdicción búlgara.

INVESTIGACIÓN EN TAIWÁN

En un momento en que las autoridades taiwanesas investigan cualquier posible relación entre sus extensas cadenas mundiales de suministro de tecnología y los dispositivos utilizados en los atentados de Líbano, el presidente y fundador de Gold Apollo, Hsu Ching-kuang, fue interrogado por los fiscales hasta altas horas de la noche del jueves, y luego puesto en libertad.

Otra persona que también se encontraba en la fiscalía era Teresa Wu, la única empleada de una empresa llamada Apollo System, que no habló con los periodistas al marcharse a última hora del jueves.

Hsu dijo esta semana que una persona llamada Teresa había sido uno de sus contactos para la operación con BAC.

Un portavoz de la Fiscalía del distrito de Shilin, en Taipéi, dijo a Reuters que había interrogado a dos personas en calidad de testigos y que había recibido el consentimiento para realizar registros en las cuatro sedes de sus empresas en Taiwán como parte de su investigación.

"Trataremos de determinar si hubo alguna posible implicación de estas empresas taiwanesas lo antes posible, para garantizar la seguridad del país y de su pueblo", dijo el portavoz.

Hezbolá, alineado con Irán, ha prometido tomar represalias contra Israel, que no ha reivindicado la autoría de las detonaciones. Ambos bandos mantienen una guerra transfronteriza desde que estalló el conflicto en Gaza el pasado octubre.

(Información de Ben Blanchard y Faith Hung en Taipéi y Georgi Slavov en Sofía; redacción de Miyoung Kim y Edward McAllister; edición de Himani Sarkar, Christopher Cushing y Gareth Jones; editado en español por Anxo Fariñas Torres)