23 nov (Reuters) - La llegada del nuevo año no barrerá de golpe los nubarrones que desde el comienzo de 2023 se ciernen sobre el sector inmobiliario, dejando a los inversores en un contexto de incertidumbre por el previsible ajuste en el valor de los activos, según un estudio de PwC presentado este jueves.

"Aunque la encuesta indica una mayor confianza empresarial y mayores beneficios para 2024 que hace un año, se parte de una base baja y sigue estando muy por debajo del optimismo de años anteriores", indicó la consultora.

Tras una década de tipos de interés bajos, que impulsaron las inversiones en el ladrillo, el brusco endurecimiento de la política monetaria aplicado por los bancos centrales para apaciguar la inflación ha reducido el apetito por el sector, que espera más noticias desfavorables durante el próximo ejercicio.

"Efectivamente, es previsible que la devaluación de los activos se acelere en los próximos 12 a 18 meses, sobre todo si los tipos se mantienen elevados al tiempo que repunta la actividad de refinanciación", indica el informe de PriceWaterhouseCoopers (PWC), que destaca la cautela como el sentimiento dominante entre los actores de este mercado.

"No es de extrañar que 'seguir vivo hasta 2025' se haya convertido en una especie de lema entre los líderes inmobiliarios.".

El 77% de los encuestados por PwC creen que los precios actuales de los activos y de las carteras inmobiliarias no reflejan adecuadamente todos los desafíos y oportunidades que impactan el sector.

Entre enero y septiembre de este año, la inversión en activos inmobiliarios en Europa cayó hasta los 119.000 millones de euros, menos de la mitad que en el mismo periodo del año anterior.

En España la inversión ascendió a los 13.000 millones de euros, un 29% menos que en 2022.

Estos descensos se produjeron en el marco de una política monetaria más restrictiva, que elevó los costes de financiación para Estados, particulares y empresas, perjudicando especialmente a las más endeudadas.

Además, ante los mayores rendimientos que ofreció la deuda soberana, los inversores exigían mayores retornos en los activos inmobiliarios, lo que implicó una caída en su valor.

"Hemos tenido 12 años en los que el sector inmobiliario era un buen sustituto de los bonos. Ahora tenemos un periodo en el que los bonos son un sustituto realmente bueno de los bienes inmuebles", afirmó en la encuesta un director de información de una gestora de fondos inmobiliarios paneuropea.

Entre las víctimas del cierre del grifo del crédito, el grupo inmobiliario español Colonial anunció hace dos semanas una pérdida neta atribuible de 299 millones de euros (320,23 millones de dólares) en los nueve primeros meses del año, afectada por la fuerte caída del valor de sus activos.

Entretanto, la narrativa tanto de la Reserva Federal como del Banco Central Europeo sobre el mantenimiento de tipos altos durante más tiempo del deseado por los mercados sigue alejando las esperanzas de recortes de tipos y de una estabilización del sector a corto plazo.

De hecho, menos de un tercio de los encuestados espera ser comprador neto de activos inmobiliarios para finales del próximo año, según los datos recogidos por la consultora.

"Los mercados empeorarán antes de que mejoren", dijo en la encuesta un agente del mercado polaco.

"Aunque eludamos la recesión, ¿de dónde va a venir el crecimiento?", se preguntó el director general europeo de una firma de análisis.

En un escenario desfavorable, los inversores prefieren apostar por los sectores que ofrecen unos ingresos más estables y una mayor resistencia a la recesión y a las disrupciones, como las nuevas infraestructuras de energía, los centros de datos y las instalaciones relacionadas con las ciencias de la salud, entre otros, según el estudio de PwC.

En cambio, segmentos como los de oficinas o el comercial, que históricamente han conformado el corazón del mercado inmobiliario, mantienen un atractivo limitado para los inversores debido a sus bajas rentabilidades.

En la víspera, un informe de Deutsche Bank también recomendó a los inversores del mercado inmobiliario encaminarse hacia el 2024 con pies de plomo, ya que el impacto de la subida de tipos sobre la valoración de los activos se seguirá sintiendo por lo menos hasta la primera mitad del año.

"En este contexto, creemos que aún es demasiado pronto para apostar por el riesgo y seguimos favoreciendo a las empresas defensivas con balances sólidos (Merlin Properties, Gecina, Klepierre)", señalaron estos analistas.

(Información de Matteo Allievi, editado por Tomás Cobos)