Los importadores de gas en Japón observan con nerviosismo el panorama político de Australia, que se prepara para acudir a las urnas el 3 de mayo en unas elecciones muy reñidas. Temen que, cualquiera sea el resultado, su proveedor de larga data de gas natural licuado (GNL) podría volverse menos fiable y más costoso.
La energía se ha convertido en un tema central de la campaña electoral en Australia, el segundo mayor exportador mundial de GNL y principal suministrador de Japón, que enfrenta una escasez de gas en su mercado de la costa este y lucha contra el aumento de los precios de la electricidad.
Una encuesta ampliamente seguida indica que el gobernante Partido Laborista podría retener el poder con una ajustada mayoría. Sin embargo, también existe la posibilidad de un parlamento sin mayoría, en cuyo caso los laboristas probablemente formarían un gobierno minoritario.
Una alianza con Los Verdes o candidatos independientes centrados en el medio ambiente podría impulsar aún más las energías renovables y derivar en políticas menos favorables para la industria del gas.
Las empresas japonesas no solo son grandes compradoras de GNL australiano, sino que también poseen participaciones en proyectos de GNL, siendo la mayor inversión la de Inpex, que opera Ichthys LNG en Darwin. El año pasado, JERA adquirió una participación del 15% en el proyecto Scarborough LNG, desarrollado por Woodside Energy frente a la costa occidental de Australia.
Las compañías han mostrado inquietud ante las políticas implementadas por el gobierno laborista, como la extensión de los controles a la exportación de gas tras el alza de precios provocada por la guerra en Ucrania, y las normas que exigen a los grandes contaminadores reducir drásticamente sus emisiones.
Según actores japoneses, estas políticas han incrementado la incertidumbre sobre el suministro y elevado los costos en las instalaciones de GNL.
"Reconocemos sus esfuerzos por emitir la nueva estrategia del gas. Pero, al mismo tiempo... no se han tomado medidas concretas para mitigar las preocupaciones legítimas de los importadores japoneses, lo cual no ayuda mucho a la hora de decidir de dónde compraremos GNL en el futuro", afirmó Tatsuya Terazawa, presidente y director ejecutivo del Instituto de Economía de la Energía de Japón (IEEJ), un influyente centro de estudios en política energética.
El gobierno laborista "ha actuado para asegurar gas para los usuarios domésticos, al tiempo que sigue siendo un exportador de energía fiable y de confianza", señaló un portavoz gubernamental.
A las preocupaciones de los compradores de GNL se suma que la coalición opositora Liberal-Nacional de Australia ha prometido obligar a los exportadores de la costa este a destinar parte del gas no contratado al mercado interno.
Dos operadores de empresas importadoras japonesas señalaron que esto significaría menos GNL para exportación, lo que podría encarecer los precios en nuevos contratos a largo plazo. Prefirieron no ser identificados por no estar autorizados a hablar con los medios.
Advirtieron además que esto podría afectar las relaciones comprador-vendedor si los productores no pueden cumplir con sus obligaciones contractuales debido a la escasez de suministro interno. La coalición conservadora ha asegurado que su política no afectará los volúmenes ya contratados.
Consideran que la reserva de gas para la costa este es necesaria, dado que, aunque Australia exporta mucho más gas del que consume, la mayor parte de la producción se concentra en el noroeste, lejos del sureste, donde la demanda es mayor.
JAPÓN BUSCA DIVERSIFICAR
De los 81 millones de toneladas métricas de GNL que Australia exportará en 2024, más de un tercio se enviará a Japón, según datos de Kpler, lo que representa alrededor del 40% de las importaciones japonesas de GNL.
Para reducir los riesgos de suministro, los compradores japoneses señalan que podrían recurrir con mayor frecuencia a otros proveedores.
Para JERA, el mayor comprador japonés de GNL australiano, tendría sentido diversificar "para equilibrar el riesgo y lograr su objetivo principal de suministros de energía fiables, asequibles y seguros", indicó la empresa en una publicación de LinkedIn, citando un discurso pronunciado el mes pasado en Perth por su vicepresidente senior de GNL, Hitoshi Nishizawa.
Nishizawa instó a Australia a hacer su GNL "más competitivo", añadió JERA, señalando que Estados Unidos contará con "GNL abundante y más barato" a mediados de la década de 2030, cuando expiren algunos contratos clave para la compra de GNL australiano.
El presidente de Chugoku Electric Power, Kengo Nakagawa, declaró el viernes a la prensa que le gustaría que el próximo gobierno australiano garantizara un suministro energético estable y evitara cambios bruscos en las políticas.
Inpex declinó comentar sobre la regulación australiana antes de las elecciones.
La cita electoral coincide con la presión del presidente estadounidense Donald Trump para que Japón compre más gas de Estados Unidos, incluido el procedente de un proyecto propuesto en Alaska, mientras amenaza con imponer aranceles comerciales.
Terazawa, del IEEJ, afirmó que países como Estados Unidos, Canadá y Qatar ofrecen alternativas para que Japón cubra su demanda de GNL. "Nos encanta Australia y su GNL, pero hay otros competidores".