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Desde hace tiempo, este metal es muy apreciado como material clave para las baterías de los vehículos eléctricos, ya que mejora la densidad energética, de modo que los coches pueden recorrer más kilómetros con una sola carga.
BHP ha promocionado el níquel como núcleo de su estrategia ecológica. Firmó un acuerdo para suministrar níquel australiano a Tesla en 2021, pregonando la rica geología del país y su sólida normativa financiera y medioambiental.
Pero los productores australianos se han visto presionados por la irrupción de Indonesia como potencia suministradora y, por el lado de la demanda, por las innovaciones que desaconsejan el uso del níquel en las baterías, lo que ha provocado un desplome del precio del 40% en el último año, hasta unos 16.000 dólares la tonelada.
"Es poco probable que los retos a los que se enfrentan muchos productores de níquel se alivien a corto plazo. Somos bajistas sobre la materia prima y bastante cautos sobre los activos y los productores", afirmó Lachlan Shaw, analista de UBS.
El fosfato de litio y hierro (LFP), que no utiliza níquel, ha ido ganando terreno como la química preferida para las baterías de los VE, especialmente en China, porque las baterías de LFP pueden producirse de forma más barata, lo que hace que los VE sean más asequibles.
Sin embargo, BHP ha hecho una gran apuesta porque los yacimientos de sulfuro de níquel en jurisdicciones de bajo riesgo atraerán una prima porque utilizan menos energía para extraer el níquel que los yacimientos de laterita que se encuentran en Indonesia.
No es la única.
Wyloo Metals, que el año pasado compró la minera de níquel Mincor por 504 millones de dólares, sigue creyendo en los fundamentos a largo plazo del níquel australiano, afirmó su director general, Luca Giacovazzi.
"La industria necesita un mecanismo de fijación de precios más adecuado y transparente, que distinga entre el níquel limpio y el sucio, para que los consumidores puedan estar seguros de que su VE es realmente una mejor opción para el medio ambiente", declaró Giacovazzi de Wyloo a Reuters.
Pero de momento, la debilidad de los precios ha obligado a los productores australianos de alto coste a anunciar una serie de reducciones y reestructuraciones, siendo la canadiense First Quantum la última en recortar su producción.
¿ARRINCONAR LOS PROYECTOS?
Los beneficios se desplomaron en el negocio del níquel de BHP en el ejercicio 2023, cayendo un 61% respecto al año anterior hasta sólo 164 millones de dólares. La división representa menos del 1% de sus beneficios.
"Estamos trabajando duro para seguir siendo competitivos a nivel mundial en un entorno operativo muy duro. Los costes han subido mucho y siguen subiendo mientras que los precios han bajado a medida que entra nueva oferta en el mercado", dijo la presidenta de BHP Nickel West Asset, Jessica Farrell.
Dijo que la empresa está trabajando para "tomar medidas para hacer frente a estos desafíos", sin dar más detalles.
En sus operaciones de níquel en Australia Occidental, BHP está evaluando opciones para una importante renovación de la fundición y una ampliación de la mina mientras se dispone a construir la mina de West Musgrave que adquirió con la compra de Oz Minerals por 6.400 millones de dólares.
Una opción para BHP podría ser retrasar West Musgrave hasta que el mercado se recupere, según Glyn Lawcock, analista de Barrenjoey.
"Está claro que ahora mismo el níquel está en entredicho", dijo. "(Pero) creo que descartar el níquel hoy para siempre es una gran decisión".
Incluso con el creciente uso de las baterías LFP, éstas no acapararán el 100% del mercado. A medida que los consumidores opten por coches más baratos, los gobiernos podrían imponer políticas de abastecimiento más ecológicas, señaló.
"Va a ser un gran punto de decisión para BHP este año", dijo Lawcock.
