Alberta cuenta ahora con 79.000 pozos clasificados como inactivos frente a los 83.000 de 2022. Los pozos inactivos ya no producen petróleo ni gas y deben taponarse de forma permanente y restaurar el terreno que los rodea.
Canadá es el cuarto productor mundial de petróleo y el sexto de gas, y sus provincias occidentales están salpicadas de cientos de miles de pozos activos e inactivos. Algunos de esos pozos son huérfanos, lo que significa que las empresas que los poseían han quebrado o han dejado de existir.
Las empresas gastaron 769 millones de dólares canadienses (548,23 millones de dólares estadounidenses) directamente en el cierre de pozos. El Programa de Rehabilitación de Yacimientos del gobierno de Alberta gastó otros 174 millones de dólares canadienses y la Asociación de Pozos Huérfanos, financiada por la industria, gastó 149 millones de dólares canadienses.
"Los datos de este año indican que la industria está haciendo notables progresos en la limpieza de pozos, oleoductos e instalaciones de petróleo y gas", declaró Laurie Pushor, directora general del Ente Regulador de la Energía de Alberta en un comunicado.
"El informe también muestra que la atención y el esfuerzo continuos serán esenciales para que el recuento de pozos inactivos siga bajando".
El recuento de pozos inactivos de Alberta creció un 5% anual entre 2000 y 2020 a medida que el sector energético de la provincia se expandía rápidamente. Los defensores del medio ambiente advirtieron de que los contribuyentes podrían acabar teniendo que pagar miles de millones de dólares en costes de limpieza de pozos a menos que se exigieran responsabilidades a las empresas energéticas.
La AER introdujo una cuota obligatoria de gastos de cierre en 2022, exigiendo a la industria un gasto colectivo en trabajos de cierre y limpieza. Este año la cuota fue de 700 millones de dólares canadienses, lo que significa que el gasto de las empresas superó esa cifra en un 10% aproximadamente.
El regulador dijo que el 91% de las empresas titulares de licencias de pozos en Alberta cumplieron con su cuota de gasto, lo que dejó a 54 empresas debiendo colectivamente unos 5 millones de dólares canadienses.
Entre ellas figura Sunshine Oilsands, a la que el mes pasado la AER ordenó suspender las operaciones por incumplimiento de las normas medioambientales y de seguridad pública.
(1 $ = 1,4027 dólares canadienses)