La decisión de François-Henri Pinault de contratar al jefe de Renault, Luca de Meo, es una jugada audaz pero necesaria para abordar el doble desafío de la caída de las ventas y el aumento de la deuda en el grupo de lujo Kering, según afirman inversores y actores de la industria.
La reputación de de Meo en la gestión de crisis se consolidó gracias a su labor en el fabricante de automóviles francés Renault, pero aún tiene mucho por hacer si quiere emular los éxitos de pesos pesados de distintos sectores como Robert Polet y Leena Nair.
Pinault, hijo del fundador François y director ejecutivo de Kering, cotizada en París desde 2005, ha tenido dificultades para contener el deterioro en la marca estrella Gucci, al tiempo que emprendía una serie de adquisiciones que han tensionado el balance tanto del conglomerado francés como de la sociedad controladora familiar Artemis.
Al dejar paso a de Meo para dirigir un gigante del sector lujo, Pinault reconoce la necesidad urgente de abordar los problemas de Kering, incluida la caída del 75% en su valor desde el verano de 2021, según conversaciones de Reuters con expertos de la industria e inversores.
"Es una jugada valiente... Ahora tenemos un director general (de Meo) que es un gran profesional", declaró Ariane Hayate, gestora de fondos de renta variable europea en Edmond de Rothschild.
"Ahora existe una verdadera voluntad por parte de François-Henri Pinault de dar un paso atrás tras años de bajo rendimiento".
Kering confirmó el lunes en un comunicado que había elegido a de Meo como CEO y que asumirá el cargo en septiembre. Pinault, quien dijo a los analistas que solo conoció a de Meo unos meses antes durante el proceso de selección, mantendrá el puesto de presidente.
"Seguiré plenamente involucrado en la orientación estratégica del grupo como presidente", afirmó Pinault. "Pero no intervendré ni cortaré el camino al nuevo CEO en cuanto a prioridades o nombramientos clave".
El precio de las acciones de Kering subió casi un 12%, su mejor desempeño diario desde 2008.
La llegada de de Meo también sugiere que los problemas del grupo son más profundos de lo que se percibe desde fuera y van más allá de Gucci, según comentó un gran inversor europeo bajo condición de anonimato, dado lo sensible de las inversiones individuales.
A pesar de su falta de experiencia en el sector del lujo, de Meo aporta habilidades que pueden ayudar a Kering en este momento crítico, según actores de la industria.
Tras haber gestionado con éxito la recuperación de Renault, probablemente acelerará el plan de reducción de costes de Kering, que incluye cierres de tiendas, venta de activos inmobiliarios y despidos para reducir su deuda neta de más de 10.000 millones de euros (11.600 millones de dólares), según dos personas de la industria y una persona que lo conoce.
De Meo también deberá abordar la adquisición prevista por Kering del 70% de la marca de moda Valentino que aún no posee. Kering compró el 30% en 2023 por 1.900 millones de dólares y planea adquirir el resto en 2028.
La compra al fondo de lujo Mayhoola, respaldado por Catar, podría costar otros 4.000 millones de euros, según el informe anual de Kering.
Las opciones incluidas en el acuerdo original podrían obligar a Kering a comprar el otro 70% tan pronto como en mayo próximo, según muestran los documentos de la empresa, lo que podría requerir un pago parcial en acciones de Kering, explicó la directora financiera Armelle Poulou en abril.
"Viniendo de fuera de la industria, la curva de aprendizaje de de Meo será muy pronunciada, pero en la mesa de negociación podría desenvolverse bien", señaló una persona familiarizada con Valentino, que prefirió no ser identificada por la sensibilidad del asunto.
Mayhoola, que no dispone de oficina de prensa, no respondió a una solicitud de comentarios enviada a su dirección de correo corporativo.
Una persona cercana al fondo calificó la llegada prevista de de Meo a Kering como una buena noticia.
EL MAYOR DESAFÍO
No obstante, el reto más urgente para de Meo es Gucci.
La marca italiana ha tenido dificultades desde la salida del diseñador estrella Alessandro Michele a finales de 2022 y el reciente nombramiento del director creativo Demna, procedente de Balenciaga, decepcionó a los inversores.
Con tres décadas de experiencia en la industria automotriz, es probable que de Meo se centre inicialmente en los costes, según un asesor de Kering que prefirió no ser identificado, mientras que el asesor del sector lujo Mario Ortelli advirtió que podría ser difícil para de Meo, proveniente de otra industria, opinar sobre un director creativo.
Sin embargo, los éxitos de Polet, Nair, Vigna y Marchionne en diferentes sectores ofrecen esperanza para de Meo.
Polet, que se incorporó a Gucci como CEO en 2004 tras una carrera de 26 años en Unilever, es reconocido por revivir la marca tras la salida del célebre diseñador Tom Ford.
Nair pasó de Unilever a Chanel en 2022 y elevó las ventas de 15.600 millones de dólares en 2021 a 18.700 millones en 2024.
Otros éxitos intersectoriales incluyen al jefe de Ferrari, Benedetto Vigna, quien se unió al fabricante de superdeportivos desde la empresa de semiconductores STMicro en 2021 y lideró una estrategia de ofertas personalizadas y altamente rentables para los clientes.
Otro ejemplo es el fallecido Sergio Marchionne, arquitecto de la exitosa fusión Fiat-Chrysler y antiguo jefe de de Meo, quien llegó a Fiat desde la empresa de verificación SGS.
($1 = 0,8626 euros)