Las turbulencias bancarias a ambos lados del Atlántico, vinculadas a la quiebra del Sillicon Valley Bank en Estados Unidos, por un lado, y a los reveses del Credit Suisse en Europa, por otro, han hecho bajar los precios del petróleo. El mecanismo es el siguiente: una tensión en el sistema bancario internacional debilita la actividad, lo que provoca una ralentización económica y una recesión, perjudicial para la demanda de petróleo. No hay mucho más que decir, siempre es esta perspectiva poco glamurosa, me refiero a la recesión, la que ha hecho que el oro negro haya sido rehuido por los financieros desde principios de año.

Este choque bancario es, en cierto modo, la gota que ha colmado el vaso, ya que los financieros han tenido que asimilar el último informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que destaca la resistencia del suministro ruso, ya que Moscú ha aumentado sus exportaciones a Asia, Oriente Medio y África. Mientras tanto, se espera que la producción de EE.UU. alcance un récord este año, según la Administración de Información Energética de EE.UU. (EIA). Se espera que EE.UU. produzca una media de 12,4 millones de barriles diarios en 2023, una perspectiva que refuerza la idea de que el mercado podría seguir siendo excedentario durante mucho tiempo.

No obstante, conviene hacer algunas matizaciones. Los fundamentos del mercado no son tan malos. Los observadores siguen de cerca el despertar chino, que está pesando mucho en el crecimiento de la demanda mundial de petróleo. En este sentido, la OPEP ha revisado al alza sus perspectivas para la demanda china, que ha pasado de 590.000 a 710.000 barriles diarios respecto a la última previsión del cártel. Todavía en el registro de elementos favorables a una apreciación de los precios del crudo, el precio del WTI cayó por debajo de la línea de los 70 dólares, umbral a partir del cual la Administración estadounidense se reserva la posibilidad de comprar petróleo para llenar las reservas estratégicas nacionales, que se han derretido como la nieve al sol en los últimos doce meses.