La promesa de la Fundación, que supone un aumento del 40% respecto a la cantidad gastada durante los cuatro años anteriores, se destinará a proyectos que aborden el hambre, las enfermedades, la pobreza y la desigualdad de género. Nigeria, el país más poblado de África, se llevará la mayor parte.
Los grupos humanitarios de África están lidiando con el desvío de fondos hacia Ucrania, y con el hecho de que la invasión rusa aumente los precios de los bienes en todo el mundo, lo que repercute en las operaciones de ayuda.
"Los presupuestos europeos están profundamente afectados por la guerra de Ucrania, por lo que ahora mismo la tendencia de la ayuda es a no subir", dijo el multimillonario cofundador de Microsoft Corp a los periodistas en la Universidad de Nairobi durante una visita a Kenia.
"Si se toma toda la ayuda (a África), incluyendo toda la ayuda climática, tendremos unos años en los que probablemente bajará".
Kenia y gran parte de África Oriental están sufriendo su peor sequía en cuatro décadas.
La sequía, agravada por los conflictos y la pandemia del COVID-19, ha llevado a más de 10 millones de personas de la región "al borde mismo de una crisis de hambre", según declaró esta semana el grupo cristiano de ayuda a la población con sede en Estados Unidos World Vision. Las Naciones Unidas dicen que esperan que se declare la hambruna en partes de Somalia este año.
Tras una reunión con el presidente de Kenia, William Ruto, Gates dijo el miércoles que la Fundación establecería una oficina regional en Nairobi.
"Nuestra fundación seguirá apoyando soluciones en salud, agricultura y otras áreas críticas, y los sistemas para sacarlas de los laboratorios y llevarlas a la gente que las necesita", dijo Gates, que dirige la fundación con su ex esposa Melinda French Gates, en un comunicado.
En 2021, la Fundación dio una ayuda benéfica de 6.700 millones de dólares y la semana pasada prometió 1.400 millones de dólares para ayudar a los pequeños agricultores del mundo a hacer frente al cambio climático.
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