Tras un comienzo de año en que los índices europeos superaron ampliamente a los mercados estadounidenses, la tendencia se ha invertido durante el segundo trimestre.
Impulsado por la reactivación presupuestaria alemana y el aumento de los presupuestos militares en Europa, el EuroStoxx 50 tuvo un comienzo de año espectacular, con ganancias del 5,2% en el primer trimestre. Por su parte, el S&P 500 perdió un 4,6%, en un contexto de temores de desaceleración del crecimiento en Estados Unidos.
Sin embargo, la dinámica se invirtió en el segundo trimestre. Entre los vencimientos trimestrales de marzo y junio, es decir, entre el 16 de marzo y el 20 de junio (el tercer viernes del mes), el S&P 500 recuperó un 5% y el Nasdaq un 10%. Al mismo tiempo, el EuroStoxx 50 perdió un 3,5%.
A pesar del impacto del Día de la Liberación (el anuncio de los aranceles «recíprocos» el 2 de abril), los índices estadounidenses y europeos cayeron al unísono. En cambio, en la fase de recuperación, Wall Street se destacó con claridad. Los inversores volvieron en particular a las Siete Magníficas, que habían sufrido una fuerte corrección durante el primer trimestre. La aparición de la IA china DeepSeek en enero había suscitado inquietudes, pero los resultados del primer trimestre han calmado las aguas. En este momento, la dinámica de beneficios de los grandes valores tecnológicos parece intacta.
En Europa, los inversores han recogido beneficios en los temas que habían impulsado los índices a principios de año. Es el caso, en particular, de la defensa. Así, en el mes en curso, Rheinmetall ha cedido un 11%, mientras que Thalès ha perdido un 7%.
Aunque los índices europeos han cedido parte de sus ganancias, mantienen su ventaja en 2025. Queda por ver si esta tendencia se mantendrá. En los últimos años, las acciones europeas han experimentado varios periodos de rentabilidad superior con respecto a las estadounidenses, pero estos episodios han sido de corta duración.
Lo que es diferente este año es que hay un claro resurgimiento del interés por los valores europeos, durante mucho tiempo ignorados por los inversores. En el primer trimestre de 2025, se invirtieron 26.000 millones EUR en fondos de acciones europeas, tras doce trimestres consecutivos de salidas, según datos de Morningstar. En abril y mayo, volvieron a fluir 22.000 millones EUR netos hacia estos fondos.