En vista del aumento del 22% en lo que va de año, el nuevo máximo histórico alcanzado a finales de la semana pasada y que SAP se ha convertido en la primera capitalización europea, todo va bien para las acciones alemanas.

Impulsado por la perspectiva de un aumento de los presupuestos militares en Europa, la reactivación presupuestaria iniciada por el canciller Merz y SAP, que se beneficia plenamente del auge de la inteligencia artificial, el índice DAX lidera los resultados de las principales plazas europeas.

En un año, el DAX supera al Stoxx 600 en 22 puntos. Fuente: MarketScreener

Esta diferencia se explica por la contribución de algunos valores importantes. Según un estudio realizado por Bank of America, solo cinco de ellos explican tres cuartas partes de la superior rentabilidad de Alemania desde mediados de agosto pasado: SAP, Rheinmetall, Siemens Energy, Siemens y Allianz.

Fuentes: Bank of America Global Research, Datastream

Esta superioridad de las acciones alemanas nos obliga a preguntarnos qué potencial de revalorización le queda. Para los analistas del banco estadounidense, las buenas noticias ya están descontadas: «Seguimos infraponderados en Alemania, ya que consideramos que las valoraciones actuales son excesivamente optimistas».

Si los inversores consideran ahora que el DAX está bien valorado, es posible que busquen refugio en otros índices europeos.

Por su parte, el CAC 40 francés es el único gran índice europeo que registra pérdidas en el periodo. Más allá del contexto político, el pobre desempeño de los valores del sector del lujo también explica el desfase. En un año, L'Oréal ha caído un 16% y LVMH, un 36%; en el caso de Kering, sería más apropiado hablar de desplome (-47%).

La salvación del índice parisino pasará, por tanto, por la recuperación de estos valores, pero también por una relativa estabilidad política. En pocas palabras, otra «granada sin espoleta» de Macron no sería precisamente lo mejor para el CAC.