Elegido en la noche del 5 al 6 de noviembre, los mercados no esperaron a la apertura para subir. El alza generalizada del mercado no está vinculada al hecho de que el candidato elegido sea republicano (esto no es tan importante como podría parecer), sino con el hecho de que la situación es conocida y, por tanto, previsible. Como sabemos, la incertidumbre es uno de los mayores enemigos del inversor. Nuestro trío de índices, S&P 500, Dow Jones y Nasdaq 100, subieron un 2,53%, un 3,57% y un 2,74%, respectivamente, el día después de las elecciones. Cabe señalar que el Russell 2000, a menudo considerado un barómetro de la renta variable nacional estadounidense, también se benefició de esta tendencia, y se revalorizó un 5,84% tras las elecciones, impulsado por el recorte de tipos de la Fed de 25 puntos básicos dos días después de la celebración de los comicios.
Sin embargo, la victoria de Trump tuvo un gran efecto en ciertos sectores, lo que nos dice mucho sobre la agenda política del futuro presidente estadounidense. En primer lugar, con su política de desregulación y de recortes del impuesto de sociedades, la administración Trump pretende allanar el camino para una mayor explotación del suelo. Esta iniciativa está destinada a estimular la producción de combustibles fósiles, mientras que las energías limpias, que a menudo dependen de subvenciones estatales, quedarán relegadas a un segundo plano (en particular, la eólica y la fotovoltaica). El índice S&P Global Clean Energy perdió un 6,08% tras las elecciones, mientras que el S&P Oil & Gas Exploration & Production Select Industry ganó un 5,30%.
La perspectiva de desregulación del sector bancario llevó el optimismo a los parqués, y nos recordó a la buena racha observada tras las elecciones de 2016, cuando las acciones bancarias subieron un 20%. La anticipación de una regulación más laxa, potencialmente favorable a las fusiones, es tanto más esperada cuanto que se prevén cambios de liderazgo en las principales agencias reguladoras federales (SEC, FDIC, OCC o CFPB). La influencia en los valores bancarios ya se está dejando sentir, con notables subidas tras las elecciones para Citigroup (8,42%), Goldman Sachs (13,10%), Bank of America (8,43%), JPMorgan Chase (11,54%) y Morgan Stanley (11,61%). Por supuesto, el S&P 500 Banks también subió, un 10,68%.
La postura aislacionista de Estados Unidos, que se reforzará durante la presidencia de Trump, tiene implicaciones particulares para el sector de la defensa. Trump planea reducir la distribución de armas y el equipamiento militar, en concreto a Ucrania e Israel. Sin embargo, con la reelección cabe esperar un aumento de los presupuestos militares, lo que supondría un incremento de los pedidos de la Administración. Además, las crecientes tensiones con China también podrían provocar un incremento de la inversión en ciberseguridad y tecnología militar avanzada. El S&P Aerospace & Defense Select Industry subió un 3,84% tras las elecciones. Curtiss-Wright (+4,74%), una posición de nuestra cartera estadounidense, y Heico (+3,31%), recientemente incorporada a la cartera de Warren Buffett, también obtuvieron buenos resultados.
Por último, el sector sanitario se prepara para importantes reformas bajo la Administración Trump, con una probable revisión de Medicaid y un futuro incierto para los subsidios de la Ley de Asistencia Asequible, que probablemente no se renovarán. Estos cambios podrían repercutir negativamente en las empresas vinculadas a estos programas públicos, como Molina Healthcare (-2,16%) y Centene (-3,46%). Al mismo tiempo, el giro hacia la privatización podría aumentar la necesidad de cobertura privada. Esto podría beneficiar a aseguradoras sanitarias como UnitedHealth Group (+5,23%), Humana (+10,71%) y Alignment Healthcare (+6,55%). Trump también está considerando la posibilidad de reformar organismos sanitarios federales como los institutos nacionales de salud, tras las críticas de los republicanos a su gestión de la pandemia. Esto podría resultar negativo para Pfizer (-2,25%) y Moderna (-2,78%), que ya están inmersas en disputas legales.
Cabe destacar que los valores del sector de la detención y deportación, como The GEO Group y CoreCivic, se pusieron por las nubes con unos 42% y 29%, respectivamente, tras las elecciones, seguidos de una segunda subida del 13,63% y 25,60% el día después. Estos movimientos bursátiles reflejan la anticipación de los inversores a una política muy estricta en materia de detención y deportación.
Por último, no debemos olvidar Trump Media, la red social del presidente, cuya cotización subió un 5,94% tras su victoria, para verse rápidamente superada por la realidad y caer un 22,96% al día siguiente. Elon Musk, el nuevo lugarteniente de Trump, puede presumir de que Tesla subió un 14,75% tras las elecciones. Nuestros entusiastas de las criptomonedas también se alegrarán de ver que Bitcoin se disparó un 8,86% tras la victoria del candidato republicano, quien ya anticipó una menor regulación que sugiere un entorno potencialmente más favorable para su desarrollo e integración en el sistema financiero tradicional.