Recuerde que los tres primeros días de 2022 también fueron muy buenos en Europa (o en el S&P 500) y dieron esperanzas de un año bursátil tranquilo. El resto es historia. Todos los mercados financieros del mundo se desplomaron, al ritmo de la guerra en Ucrania, los bloqueos en China, las decepciones de las tecnológicas estadounidenses, etc. 
 
¿Podría ser que los astutos osos se hayan disfrazado de toros de nuevo este año para empujarnos a reforzar nuestras posiciones y luego hacer el truco de la ruptura? 
 
Esta subida, que se parece mucho a un rally navideño retrasado, se ve alimentada por algunas buenas noticias, como el ligero descenso de la inflación en diciembre y la reapertura de China. Pero este frágil equilibrio sigue dependiendo de los próximos resultados empresariales, que marcarán la pauta del próximo trimestre. Seamos prudentes. Un toro siempre puede esconder un oso.  
Dibujo de Amandine Victor para MarketScreener