BUENOS AIRES/DOHA, 2 dic (Reuters) - Las entusiastas actuaciones de Lionel Messi en la Copa Mundial de Qatar le están haciendo ganar mucho amor de los argentinos, pero el antiguo favoristismo de los hinchas por Diego Maradona puede resurgir a menos que traiga a casa el trofeo en su último intento.

Los dos brillantes números 10 han deslumbrado al mundo con sus prolíficos goles y estilos sorprendentemente similares, confiando en un centro de gravedad bajo para abrirse paso entre las defensas, con la pelota pegada a los pies.

Sin embargo, solo Maradona, quien murió hace dos años, ganó el mayor trofeo. Se echó al equipo al hombro en 1986 cuando su gol conocido como la "Mano de Dios" contra Inglaterra se convirtió en un símbolo de desafío nacional después de la de la derrota en la Guerra de las Malvinas.

Durante años, los hinchas argentinos dijeron que sin importar cuántos Balones de Oro y trofeos ganara Messi con el Barcelona, nunca podría igualar a Maradona hasta que él también levantara una Copa del Mundo.

Y por qué, preguntaban, él era tan tímido e introvertido mientras que su adorado Maradona fue todo lo contrario. ¿Era Messi un verdadero argentino?, se quejaban algunos, especialmente los mayores. Después de todo, se fue a España a los 13 años cuando Maradona era uno más de ello, nació en un barrio pobre y se abrió camino en clubes locales, incluido Boca Juniors.

"AMOR-ODIO"

Messi, por supuesto, ha disfrutado de más éxito en número de goles y honores que Maradona, incluso superando sus apariciones nacionales esta semana cuando llevó a Argentina a los octavos de final del Mundial. Y se ha mantenido en gran forma, mientras que Maradona sucumbió a las drogas y la vida desenfrenada de una manera que frustró y entristeció incluso a sus seguidores más leales.

Dicen los allegados a Messi que aunque su timidez la haya disimulado en el pasado, nunca hubo nada que anhelara más que darle gloria a Argentina. Esa pasión quedó al descubierto cuando rompió en llanto después de liderar a la Argentina campeona de la Copa América en 2021, su primer trofeo importante en 28 años.

"Siempre la relación de los argentinos con Messi fue de amor y odio", dijo Gustavo Franchini, un hincha de 44 años, en Buenos Aires.

"Todos los argentinos siempre comparamos con Maradona, que ganó un mundial hace 36 años, o sea que Argentina no gana un Mundial hace 36 años... Todo el mundo le reclama que gane un Mundial para estar a la altura de Maradona y muchos, como yo, pensamos que tampoco está a la altura de Maradona", agregó.

En Qatar, en la quinta y última misión de Messi, ha sido el corazón del equipo y Argentina parece tener una oportunidad tan buena como cualquiera de levantar el trofeo el 18 de diciembre.

Llenando estadios en Qatar y bares y parques en casa, los seguidorres han respaldado a Messi en todo momento, vitoreando sus dos goles, alentándolo después de fallar un penal y exhibiendo su imagen con orgullo en una miríada de banderas y pancartas.

MESSI EMOCIONAL

Muchas de las pancartas muestran a Messi y Maradona juntos, algunas muestran al difunto número 10 sonriendo desde el cielo a su heredero. Y el propio Messi se ha abierto emocionalmente para animar al equipo y al país después de su sorpresiva derrota ante Arabia Saudita. Ha celebrado los goles con los fanáticos y ha protagonizado canciones de celebración en la cancha y en el vestuario después de que vencieron a México y Polonia.

"Después de la Copa América se aflojó, está mucho más relajado, disfrutando", dijo otro aficionado, Facundo Moreno, de 39 años, también en la capital argentina. "Para mí siempre Messi sintió e hizo todo por la selección desde el primer partido hasta ahora... Es mi ídolo... Maradona y él tienen dos personalidades totalmente diferentes, pero en la cancha los dos hacen lo mismo".

Marcelo Sottile, periodista deportivo y autor de un libro sobre Messi, dijo que si bien su imagen pulcra y educada reflejaban el tipo de persona que los argentinos aspiraban a ser, el rebelde Maradona reflejaba más quiénes eran en realidad.

Sin embargo, hay una brecha generacional entre los que más recuerdan y veneran a Maradona y los aficionados más jóvenes que tienen menos prejuicios contra Messi, dijo a Reuters.

"Tengo un hijo de 18 años que jamás cuestionó a Messi, que jamás le dijo 'vos jugás bien en el Barcelona y en Argentina no'", dijo. "Messi sufría ser una estrella venerada y cuidada en Barcelona y acá ser muchas veces atacado".

(Reporte de Andrew Cawthorne en Doha y Lucila Sigal en Buenos Aires; Editado en Español por Manuel Farías)