22 jul (Reuters) - China y sus empresas seguirán atrayendo inversiones extranjeras, pero las tensiones en asuntos como el comercio y la tecnología con Estados Unidos aumentan el riesgo de una disociación entre las dos economías, dijeron un economista y un estratega.

La gestión china de las crisis recientes mientras mantiene su posición de liderazgo como un centro de fabricación global, junto con la resistencia del gobierno de Joe Biden a escalar la guerra de aranceles de la era Trump, son considerados aspectos positivos, dijeron los expertos en el Foro de Mercados Globales de Reuters.

"Las adversidades -la guerra comercial y el COVID-19- que (se) pensaban que eran perjudiciales para la posición de China como 'fábrica del mundo', se han convertido en triunfos", dijo Aidan Yao, de AXA Investment Managers.

Según un reciente informe de AXA Investment Managers sobre la industria de la cadena de suministros china, la cuota de mercado de las exportaciones mundiales del país aumentó al 15,1% en 2020 desde el 13,2% a finales de 2017, antes de que comenzara la guerra comercial, dijo Yao.

"Por eso no es de extrañar que las empresas extranjeras quieran invertir más en China, sobre todo porque el COVID-19 sigue causando estragos en otros lugares", añadió.

Los inversores extranjeros querrán una mayor parte del pastel chino, "siempre y cuando haya una economía que crezca, algunas empresas innovadoras, una moneda estable y unos bonos del Estado que rindan muy por encima de los bonos del Tesoro de Estados Unidos", dijo Frank Benzimra, de Société Générale.

Sin embargo, existe el riesgo de que se produzca un desacoplamiento entre China y Estados Unidos, agregó.

Yao dijo que las recientes medidas regulatorias chinas sobre las empresas son acciones para bajar el riesgo de su sistema financiero, fomentar la competencia leal y mejorar la seguridad de los datos, aunque el caso de Didi Global es un ejemplo de la intensificación de la desconfianza.

(Editado en español por Gabriela Donoso)