SHANGHÁI, 16 ene (Reuters) - Victor Li está decidido a casarse pronto, pero como muchos otros jóvenes chinos que se enfrentan a un panorama económico incierto, el acaudalado empresario de Shanghái no está seguro de poder permitírselo.

"Para nosotros es muy caro casarnos, sobre todo en una gran ciudad como Shanghái", afirma este hombre de 32 años, mientras hace una pausa en un bar de jazz de lujo de Shanghái, donde se celebra un acto para hacer contactos destinado a solteros ricos con estudios universitarios de alto nivel.

"En términos de capacidad financiera, esto ejerce mucha presión sobre los jóvenes, incluido yo".

A medida que la segunda mayor economía del mundo se ralentiza, cada vez más personas optan por permanecer solteras debido a las escasas perspectivas laborales en un contexto de un desempleo juvenil récord y una confianza del consumidor crónicamente baja, lo que ha provocado una caída récord de los registros matrimoniales en 2022.

Esta reticencia a contraer matrimonio preocupa a los responsables de política monetaria, que se enfrentan a un descenso de los nacimientos y a un rápido envejecimiento de la población en un país que fue en su día el más poblado del mundo, y en el que las tasas de matrimonio están estrechamente ligadas a las de natalidad, ya que a las madres solteras a menudo se les niegan las ayudas para la crianza de los hijos.

La tasa de fertilidad de China es actualmente una de las más bajas del mundo, y se espera que los datos oficiales del miércoles muestren que la población descendió por segundo año consecutivo, renovando la preocupación por el declive demográfico.

El año pasado, el presidente Xi Jinping afirmó que era necesario "cultivar activamente una nueva cultura del matrimonio y la crianza de los hijos" para impulsar el desarrollo nacional. Los gobiernos locales también han anunciado diversas medidas para fomentar las nuevas familias, entre ellas deducciones fiscales y subsidios de vivienda, así como "recompensas" en metálico para los matrimonios si la novia tiene 25 años o menos.

Julia Meng, cuya empresa "Julia's Events" organizó el evento para solteros de Shanghái, recalca que un número cada vez mayor de personas de 35 años o más había "renunciado" al matrimonio.

Los chinos más jóvenes, como Jack Jiang, asistente al evento, afirman que quieren casarse, pero que los elevados precios de la vivienda, las inciertas perspectivas laborales y la situación económica general no ayudan.

"No es que queramos ser solteros, es la estructura urbana y la situación económica lo que nos ha llevado a este resultado", argumenta este empresario de 32 años.

(Información de Nicoco Chan; información adicional de Xihao Jiang; redactado por Farah Master; editado por Miral Fahmy; editado en español por Javi West Larrañaga)