Ya se trate del subcontratista chino Foxconn o de los fabricantes de semiconductores Intel, Broadcom o Qualcomm, todos ellos han sufrido en los últimos meses los reveses estratégicos del padre del iPhone. 
 
De hecho, Bloomberg reveló el lunes que Apple quiere sustituir los chips de Broadcom por un diseño interno para 2025. Se trata de una píldora difícil de tragar para el grupo con sede en San José, cuyo 20% de ingresos depende de la firma de Cupertino, su mayor cliente. Lo mismo ocurre con Qualcomm: Apple quiere sustituir sus chips para móviles por producción propia antes de finales de 2024. En cuanto a los chips de Intel, esto ya se ha hecho en parte. El grupo de Tim Cook ha adoptado su propia gama de semiconductores para sus ordenadores Mac. La idea es crear cada vez más aparatos electrónicos "caseros" y aumentar sus márgenes, que ya son récord (el margen operativo será del 30,3% en 2022). 
 
Las decisiones del gigante tienen importantes consecuencias para sus proveedores. El otoño pasado, fue el gigante taiwanés Foxconn el que se vio duramente afectado por la decisión de Apple de confiar parte de su producción china a Luxshare Precision Industry. Una especie de castigo tras las protestas que agitaron la fábrica de Foxconn durante este periodo. En este pequeño juego, el gran ganador es obviamente Apple, ya que poner en competencia a los subcontratistas le permite bajar los precios, para gran disgusto de estos últimos.

Dibujo de Amandine Victor, para MarketScreener