SÍDNEY, 14 jul (Reuters) - Un confinamiento por coronavirus en Sídney, la ciudad más poblada de Australia, amenaza con contraer la economía del país en el tercer trimestre, con un lento despliegue de vacunas intensificando los vientos en contra.

Una caída del producto interior bruto (PIB) con respecto al trimestre anterior representaría la primera contracción económica del país desde junio de 2020, cuando un bloqueo por coronavirus en todo el país obligó a las empresas a echar el cierre.

La economía de 2 billones de dólares australianos (1,5 billones de dólares) se encuentra ahora por encima de su nivel anterior a la pandemia, con un sólido crecimiento del empleo, del gasto de los consumidores, de los precios de la vivienda y de las aprobaciones de obras. El banco central australiano ha estimado el crecimiento del primer semestre en un 2,6% interanual. 

Sin embargo, la recuperación se ha visto empañada por el hecho de que más de 5 millones de habitantes de Sídney, alrededor de una quinta parte de la población australiana, se encuentran bajo órdenes de permanecer en casa desde finales de junio para ayudar a erradicar un brote de la variante delta del coronavirus, altamente contagiosa.

No está claro cuánto durará el bloqueo, aunque las autoridades anunciaron el miércoles una prórroga de al menos dos semanas, hasta finales de julio, ya que el brote se ha disparado hasta casi 900 infecciones.

"A pesar de la rápida recuperación y de la fuerte demanda interna, los riesgos a la baja persisten porque las bajas tasas de vacunación de Australia, combinadas con la cepa delta COVID altamente transmisible, implican que la amenaza de los cierres aumentará la incertidumbre", dijo el economista de Citi Josh Williamson.

Los economistas temen que las medidas no sean suficientes para acabar con el brote, dado que las autoridades aspiran a que no haya ningún caso en la comunidad antes de considerar el levantamiento de las restricciones y sólo el 10% de la población está totalmente vacunada. 

Cada semana de bloqueo en Sídney está costando a la economía australiana en general alrededor de 1.000 millones de dólares australianos, según diversas estimaciones de los economistas, la mayoría de los cuales prevén una prolongación de las restricciones hasta mediados de agosto.

Esto supondría un impacto económico de unos 7.000 millones de dólares australianos en el tercer trimestre por las posibles siete semanas de cierre.

"Según nuestras previsiones, la economía nacional se contraería en el trimestre de septiembre, en torno al 0,7%", dijo Gareth Aird, jefe de economía australiana del Commonwealth Bank of Australia.

El Banco de la Reserva de Australia (RBA, por sus siglas en inglés) había previsto un crecimiento del 2,25% para el segundo semestre del año, lo que ahora parece ambicioso, y sugiere que la política seguirá siendo de talante moderado en el futuro inmediato, incluso cuando otros grandes bancos centrales empiecen a endurecer su política.

(Reporte de Swati Pandey; edición de Kim Coghill; traducción de Flora Gómez en la redacción de Gdansk)