Estos fondos indexados son productos financieros respaldados por un índice bursátil y, en el caso de BITO, éste permite invertir en futuros de Bitcoin, una clase de activo que está respaldada por los movimientos futuros de la moneda digital. El ETF ProShares fue un éxito rotundo en Wall Street cuando se presentó por primera vez, con nada menos que 1.000 millones de dólares de volumen de negociación ese día y 570 millones de dólares en activos acumulados. Por otro lado, mientras escribo estas líneas, BITO está poniendo cara de circunstancias al volver a su precio de apertura. En cuanto a BTF, nada revolucionario, pisará los talones de su homólogo al ofrecer un fondo cotizado a futuro. Si esperaba un ETF “Spot market”, se ha perdido. Para que conste, Valkyrie propuso por primera vez el ticker "BTFD", algunos consideraron que el acrónimo significaba "Buy The F***ing Deep", pero la Comisión de Valores y Bolsa solicitó un cambio de nombre para el ETF. 

Aunque el ETF de Spot ha sido descartado hasta ahora por la SEC, las solicitudes se acumulan. Pero, ¿por qué se resiste tanto la SEC?
 
En primer lugar, la diferencia entre un ETF de futuros y un ETF de contado en Estados Unidos es el marco normativo. El ETF al contado se rige por el proceso de la Ley de Valores (1933), que obliga a las distintas bolsas a someterse a un tedioso formulario (enlace para los más curiosos: formulario S-4) para demostrar, entre otras cosas, que el mercado subyacente en cuestión no está sujeto a manipulación. El avance del ETF se rige por la ley de 1940 (Enlace: aquí) que se refiere a las sociedades de inversión y, por lo tanto, no requiere el mismo procedimiento. Esto incluye, entre otras cosas, lo siguiente:
  • Registrarse en la Comisión de Valores y Bolsa (SEC) para garantizar la supervisión. 
  • Cumplir las estrictas normas antifraude 
  • No utilizar un apalancamiento excesivo (pedir prestado para aumentar el rendimiento potencial de las inversiones) o la venta en corto (pedir prestado acciones para venderlas), ya que ambos pueden aumentar considerablemente el riesgo de la inversión.
  • Divulgar regularmente sus participaciones, estrategias y condiciones financieras.
Los mercados al contado o "Spot" de activos digitales carecen en gran medida de regulación en la actualidad, mientras que la normativa de los mercados de futuros ofrece cierta "claridad" a los inversores. En el caso de nuestro famoso BITO es la Commodity Futures Trading Commission (CFTC), una agencia reguladora de la bolsa de valores de Estados Unidos, la que establece las reglas, ya que lleva cuatro años supervisando los futuros de Bitcoin. La presencia de la CFTC como regulador del mercado de futuros es seguramente una de las razones de la apertura del ETF BITO. Como recordatorio, los contratos de futuros son acuerdos legales para comprar o vender un activo a un precio fijo en una fecha fija en el futuro. Puede que usted diga: "Pero, ¿qué diferencia hay como inversor?"
 
Los ETFs van a cotizar en contratos de futuros del CME (Chicago Mercantile Exchange) en lugar de seguir el precio actual del activo subyacente. De hecho, ni la BITO ni la BTF seguirán el mismo precio que el Bitcoin. Que no cunda el pánico, esto no es un esquema Ponzi. Los contratos de futuros de Bitcoin están diseñados para seguir la Tasa de Referencia de Bitcoin (BRR), un índice de precios basado en el precio medio de las operaciones de varios intercambios de BTC como Kraken, Coinbase, Bitstamp... En pocas palabras, en BTC cada contrato de futuros tiene una fecha de vencimiento y, por lo tanto, es necesaria una renovación de los contratos. A medida que se acercan las fechas de vencimiento, los operadores compran otras con una fecha de vencimiento más tardía, lo que naturalmente conlleva costes. La SEC consideró que este proceso, algo más complejo que el de un ETF al contado, "ofrece más seguridad al inversor". Sin embargo, un ETF al contado eliminaría gran parte del coste de este proceso y seguiría el precio del activo directamente en efectivo, además de eliminar toda la complejidad asociada a la adquisición y almacenamiento de criptomonedas en un exchange (aunque en los últimos años se están produciendo notables mejoras en este ámbito).
 
La SEC no parece tener prisa por aceptar los ETFs Spot, pero la aparición de estos productos en los contratos de futuros es ya un paso importante para la industria de las criptomonedas. Tal vez, dentro de un tiempo, veamos un ETF de Spot aceptado por la SEC. En este sentido, es el fondo Grayscale, que gestiona 38.700 millones de dólares en Bitcoin, el que quiere convertir su fondo en un ETF Spot o la sociedad de inversión Invesco, que retiró su solicitud de un ETF de futuros para crear un ETF al contado. Algunas personas ven las criptomonedas como una burbuja especulativa que llevará a los inversores a la ruina, pero está claro que el desarrollo y la adopción de estos activos ha superado los límites del pequeño mercado de especuladores ávidos de riqueza.