Detrás de esta subida de adrenalina bursátil se encuentran los sospechosos habituales: una Fed que deja entrever posibles bajadas de tipos (otra vez), un Oriente Medio momentáneamente menos inflamable y unos inversores que han decidido que el optimismo vuelve a ser aceptable. Un cóctel clásico, servido un poco tibio, pero que sigue siendo agradable.

El Nikkei 225 repunta, pero aún no ha vuelto a alcanzar su máximo de 42.224 puntos de finales de julio de 2024, antes de su memorable caída relacionada con el carry trade
En cuanto a los valores, SoftBank marcó la pauta con un salto del 4,32%. Se trata de uno de los valores japoneses más cercanos a la tecnología estadounidense, dada su fuerte inversión en empresas del futuro. Los semiconductores no se quedan atrás: Tokyo Electron y Advantest también se han beneficiado del movimiento.
Por el contrario, los valores automovilísticos se vieron afectados por el propio Donald Trump. El presidente estadounidense afirmó en una entrevista difundida el domingo que Japón mantenía un comercio «desleal» con Estados Unidos en el sector automovilístico. Toyota Motor cedió un 1,35% y Honda Motor un 1,86%.
Al final, de los más de 1.600 valores cotizados en el mercado primario de la Bolsa de Tokio, la mayoría (54%) cerró en positivo.