"El gobierno (...) procederá a reordenar el papel del Estado en la economía, mediante la privatización y la desinversión de las empresas estatales, para centrarse en la participación del Estado en las actividades esenciales y en la promoción del desarrollo económico, social y sostenible de Brasil", dice el plan.

El documento contrasta con su plan electoral de 2018, que dedicó páginas específicas a Petrobras. La empresa ni siquiera fue mencionada esta vez, a pesar de que el ministro de Minas y Energía, Adolfo Sachsida, pidió que se estudiara su privatización.

El plan de Bolsonaro para 2018 defendía la política de Petrobras de fijar los precios nacionales de los combustibles a las tarifas internacionales, pero con mecanismos de cobertura que suavizaban las fluctuaciones a corto plazo. Según el documento, la empresa también debería vender una parte "sustancial" de sus unidades de refinación, venta al por menor y transporte.

El ex presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, cuya ventaja en las encuestas se ha ido reduciendo de cara a las elecciones de octubre en Brasil, ha manifestado a menudo su oposición a la privatización de Petrobras. Sus asesores también han recomendado reforzar la capacidad de refinado de Petrobras, incluso mediante la reversión de las privatizaciones de las refinerías.

El palacio presidencial declinó hacer comentarios y dirigió las solicitudes al Partido Liberal (PL) de Bolsonaro, que no respondió inmediatamente.

Bolsonaro se ha convertido en un crítico vocal de Petrobras a medida que los precios de los combustibles han aumentado, empujando la tasa de inflación de Brasil a dos dígitos. Sus quejas han disminuido recientemente, después de que la empresa decidiera bajar los precios de los combustibles a medida que los precios del petróleo han bajado.

Petrobras, cuyo presidente fue reemplazado dos veces por Bolsonaro sólo este año, también anunció un pago de dividendos líder en la industria, que impulsará el resultado fiscal del Tesoro para este año.

En su nuevo plan, Bolsonaro prometió mantener la entrega mensual de 600 reales (117,77 dólares) en el marco de Auxilio Brasil, un programa de asistencia social para las familias más pobres. También reafirmó un plan para aumentar las exenciones del impuesto sobre la renta.

El documento reafirma el compromiso del gobierno con la sostenibilidad fiscal, sin mencionar cómo pretende aumentar los gastos en virtud de un tope de gastos establecido por la Constitución.

Según el plan, un segundo mandato de Bolsonaro seguiría adelante con los planes para simplificar el régimen fiscal, bajar los impuestos a las empresas y reducir los aranceles de importación para fomentar el comercio.

(1 dólar = 5,0947 reales)