Los responsables políticos de Europa Central están tratando de poner fin a un ciclo de subidas de los tipos de interés que se viene produciendo desde el año pasado, a pesar de que las presiones inflacionistas se mantienen y de que los principales bancos centrales del mundo siguen tratando de subir los tipos.

El vicegobernador Barnabas Virag dijo la semana pasada que el BNS, que ha elevado su tipo básico en más de 1.200 puntos básicos desde junio de 2021 hasta el nivel más alto de Europa central, podría considerar la posibilidad de poner fin a su ciclo de subidas de tipos tras la reunión del martes.

El forint se fortaleció hasta 405,50 frente al euro desde 407,85, inmediatamente después del anuncio de la subida de tipos.

La subida de 125 puntos básicos situó al índice de referencia húngaro en su nivel más alto desde principios de siglo, con una inflación que va camino de acelerarse aún más desde el ritmo del 15,6% del mes pasado, después de que el gobierno frenara un tope de años en las facturas de los servicios públicos de los hogares.

"(El BNH) es el que más ha subido los tipos en la CEE desde que comenzó el ciclo de endurecimiento, pero su nivel de tipos de interés reales sigue siendo el más negativo", dijeron los economistas de Commerzbank en una nota antes de la última subida.

"La razón por la que esta política monetaria podría seguir considerándose prudente por el momento es que incluso la Reserva Federal o el BCE están llevando a cabo su propio endurecimiento partiendo de la base de que la inflación alcanzará pronto su punto máximo y tendrá una media mucho más baja el próximo año".

Sin embargo, afirmó que, si no se produce pronto un descenso de las tasas de inflación, las divisas centroeuropeas podrían verse sometidas a una "presión adicional significativa", ya que el forint ha perdido casi una décima parte de su valor frente al euro sólo este año.

A principios de este mes, el gobierno del primer ministro Viktor Orban prorrogó por tres meses, hasta finales de año, los topes de precios de los carburantes y los alimentos básicos, en un intento de proteger a los hogares del aumento de los costes.

Sin embargo, incluso con los topes de precios en vigor, los analistas encuestados por Reuters ven una inflación general del 13,6% de media este año, que aumentará al 13,95% en 2023 antes de retroceder al 4,3% en 2024.