TOKIO, 22 sep (Reuters) - Japón intervino el jueves en el mercado de divisas para comprar yenes por primera vez desde 1998, en un intento de apuntalar la moneda, que se ha visto muy afectada después de que el Banco de Japón mantuviera las tasas de interés ultrabajos.

A continuación se detalla cómo funciona normalmente la intervención de compra de yenes, así como los retos que implica.

¿CUÁNDO FUE LA ÚLTIMA VEZ QUE JAPÓN INTERVINO EN LA COMPRA DE YENES?

Dada la fuerte dependencia de la economía de las exportaciones, Japón se ha centrado históricamente en frenar las fuertes subidas del yen y ha adoptado una estrategia de no intervención en las caídas del yen.

Las intervenciones de compra de yenes han sido muy poco frecuentes. La última vez que Japón intervino para apoyar su moneda fue en 1998, cuando la crisis financiera asiática provocó una venta de yenes y una rápida salida de capitales de la región. Antes de eso, Tokio intervino para contrarrestar la caída del yen en 1991-1992.

¿POR QUÉ SE CONSIDERA UN RIESGO LA COMPRA DE YENES?

La intervención en divisas es costosa y podría fracasar fácilmente dada la dificultad de influir en su valor en el enorme mercado mundial de divisas.

Esta es una de las razones principales por las que se considera una medida de último recurso, que Tokio autoriza sólo cuando la intervención verbal no consigue evitar una caída libre de la moneda. La velocidad de los descensos del yen, y no sólo los niveles, se consideran cruciales para que las autoridades decidan si deben intervenir y cuándo.

Algunos responsables de política monetaria dicen que la intervención sólo se convierte en una opción si Japón se enfrenta a una "triple" amenaza --venta de yenes, acciones y bonos nacionales--, de manera similar a las fuertes salidas de capital experimentadas en algunas economías emergentes.

¿CÓMO FUNCIONA?

Cuando Japón interviene para frenar la subida del yen, el Ministerio de Finanzas emite letras a corto plazo para captar yenes que luego puede vender en el mercado para debilitar el valor de la moneda japonesa.

En los casos de intervención para apuntalar el yen, las autoridades deben recurrir a las reservas de divisas de Japón para obtener dólares que vender en el mercado a cambio de yenes.

En ambos casos, el ministro de finanzas da la orden final de intervención. El Banco de Japón actúa como agente y ejecuta la orden en el mercado.

¿CUÁLES SON LOS RETOS?

La intervención de compra de yenes es más difícil que la de venta de yenes.

Las reservas de divisas extranjeras de Japón ascienden a 1,33 billones de dólares, las mayores del mundo después de las de China, y probablemente estén compuestas principalmente por dólares. Aunque son abundantes, las reservas podrían disminuir rápidamente si se requieren grandes sumas para influir en las tasas de cambio cada vez que Tokio interviene.

Eso significa que hay límites en cuanto al tiempo que puede seguir interviniendo, a diferencia de la intervención de venta de yenes, en la que Tokio puede seguir emitiendo letras para captar yenes.

La intervención en divisas también requeriría el consentimiento informal de los homólogos japoneses del G7, especialmente Estados Unidos, si se llevara a cabo contra el dólar/yen. Esto no es fácil, ya que Washington se opone tradicionalmente a la idea de una intervención monetaria, excepto en casos de extrema volatilidad del mercado.

(Reporte de Leika Kihara y Tetsushi Kajimoto; edición de Vidya Ranganathan, Kim Coghill y David Dolan, traducido por Tomás Cobos)