"La crisis ucraniana está creando ondas de choque en lo que respecta a la cadena de suministro y, especialmente, a la seguridad alimentaria, y está afectando a los más vulnerables en el momento más difícil", dijo Harjit Sajjan, ministro canadiense de Desarrollo Internacional.

"Estamos haciendo ajustes para reflejar esto ... La gente está pasando hambre porque los precios de los alimentos han subido", dijo Sajjan a Reuters en una entrevista en Jordania, primera etapa de una gira regional que le lleva también a Egipto y Líbano.

No dio la nueva cifra de ayuda, pero la Plataforma Canadiense de Desarrollo Internacional, con sede en Ottowa, dijo que el año pasado hubo un aumento del 27% en la ayuda exterior, hasta alcanzar unos 6.600 millones de dólares.

Las Naciones Unidas han afirmado que la crisis alimentaria mundial, alimentada por los conflictos, las perturbaciones climáticas y la pandemia del COVID-19, está creciendo debido a los efectos de la guerra en Ucrania, que han provocado el aumento de los precios de los alimentos, el combustible y los fertilizantes.

Más de 50 millones de personas en África oriental se enfrentarán a una grave inseguridad alimentaria este año, según un nuevo estudio respaldado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Sajjan dijo que Canadá está impulsando la ayuda al PMA, cuyas necesidades anuales han alcanzado un máximo histórico de 22.200 millones de dólares, sin restarla de otros programas de desarrollo.

"Hemos incrementado nuestro apoyo a la región de Oriente Medio en lo que se refiere a la alimentación", dijo citando como ejemplo el Líbano, que depende en gran medida del trigo ucraniano y se enfrenta a la escasez de pan.

Describió como un paso positivo un acuerdo negociado con Rusia y Ucrania el mes pasado por las Naciones Unidas y Turquía para desbloquear las exportaciones de grano desde los puertos del Mar Negro, pero dijo que los pocos envíos realizados hasta ahora no eran suficientes para aliviar la crisis.

Canadá también estaba aumentando la ayuda a Egipto, que suele ser el mayor importador de trigo del mundo, y a Afganistán, Yemen y Siria, que se han visto desgarrados por el conflicto.

Canadá también estaba estudiando cómo ayudar a mejorar la capacidad de recuperación de los países africanos, señalando en particular la escasez de almacenamiento de alimentos del continente.