El gobierno canadiense dijo el miércoles que ha decidido sacar de Israel a los hijos y tutores de sus diplomáticos, en medio de temores de un conflicto ampliado en Oriente Medio, informó la Prensa Canadiense.

Las tensiones de Israel con Irán y Hezbolá han avivado los temores de un conflicto más amplio en una región ya en vilo por el asalto israelí a Gaza que ha matado a decenas de miles de personas y provocado una crisis humanitaria, incluida el hambre generalizada.

Ha aumentado el riesgo de escalada hacia una guerra más amplia en Oriente Próximo después de que los asesinatos del líder del grupo islamista palestino Hamás, Ismail Haniyeh, en Irán, y del comandante militar de Hezbolá, Fuad Shukr, en Beirut, provocaran amenazas de represalias contra Israel.

Global Affairs Canada, en un comunicado citado por la prensa canadiense, dijo que ha aprobado la reubicación temporal de los hijos de los diplomáticos y de sus tutores en un tercer país seguro. Añadió que los diplomáticos destinados en Ramala, en Cisjordania, y en Beirut no tienen personas a su cargo viviendo con ellos.

Canadá advirtió el sábado a sus ciudadanos que evitaran todo viaje a Israel, citando el actual conflicto regional y la impredecible situación de seguridad. También insta a sus ciudadanos a no viajar a Gaza y Cisjordania.

Las embajadas en Tel Aviv y Beirut y la oficina de representación ante la Autoridad Palestina en Cisjordania "siguen todas plenamente operativas y continúan prestando servicios esenciales a los canadienses", dijo el gobierno canadiense en el comunicado citado por la Prensa canadiense.

El último derramamiento de sangre en el conflicto palestino-israelí, que dura ya décadas, se desencadenó el 7 de octubre cuando el grupo islamista palestino Hamás atacó Israel, matando a 1.200 personas y tomando unos 250 rehenes, según los recuentos israelíes.

El Ministerio de Sanidad de Gaza afirma que desde entonces el asalto militar israelí al enclave gobernado por Hamás ha matado a casi 40.000 palestinos, al tiempo que ha desplazado a casi toda la población de 2,3 millones de habitantes y ha dado lugar a acusaciones de genocidio que Israel niega.