La 7ª Flota de la Armada estadounidense declaró que el destructor de misiles guiados USS Chung-Hoon y el HMCS Montreal de Canadá realizaron el sábado un tránsito "rutinario" por el estrecho "a través de aguas en las que se aplican las libertades de navegación y sobrevuelo en alta mar de acuerdo con el derecho internacional".

"El tránsito bilateral del Chung-Hoon y el Montreal por el estrecho de Taiwán demuestra el compromiso de Estados Unidos y de nuestros aliados y socios con un Indo-Pacífico libre y abierto", declaró en un comunicado.

El Mando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación de China declaró que sus fuerzas vigilaron a los buques en todo momento y "manejaron" la situación de acuerdo con la ley y los reglamentos.

"Los países implicados crean deliberadamente incidentes en la región del estrecho de Taiwán, provocan deliberadamente riesgos, socavan maliciosamente la paz y la estabilidad regionales y envían una señal equivocada a las fuerzas 'independentistas de Taiwán'", declaró a última hora del sábado.

El ministerio de Defensa de Taiwán dijo que los dos barcos navegaban en dirección norte por el estrecho y que no había observado nada inusual.

Aunque los buques de guerra estadounidenses transitan el estrecho alrededor de una vez al mes, es inusual que lo hagan con los de otros aliados de Estados Unidos.

La misión tuvo lugar mientras los jefes de defensa estadounidense y chino asistían a una importante cumbre de seguridad regional en Singapur.

En ese evento, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, reprendió a China por negarse a mantener conversaciones militares, dejando a las superpotencias estancadas en torno a Taiwán y las disputas territoriales en el Mar de China Meridional.

No hubo respuesta inmediata a la navegación por parte de los militares chinos, que habitualmente la denuncian como un esfuerzo de Estados Unidos por avivar las tensiones.

La última misión estadounidense-canadiense de este tipo revelada públicamente en el estrecho tuvo lugar en septiembre.

China ha estado intensificando la presión militar y política en un intento de obligar a Taiwán a aceptar las reivindicaciones de soberanía de Pekín, que el gobierno de Taipei rechaza enérgicamente.