Este descenso se produce tras las declaraciones de los portavoces de Nvidia, que estimaron que la aplicación concreta de la computación cuántica no sería una realidad hasta dentro de unos veinte años. La visión de Huang de un horizonte lejano para los "ordenadores cuánticos plenamente operativos" enfrió el entusiasmo de una industria que se estaba preparando para invertir con decisión en una tecnología cuyas capacidades actuales se limitan a cálculos especializados.

"Si hubieras dicho 15 años... probablemente sería un poco pronto. Si hubieras dicho 30 años, probablemente sería un poco tarde. Pero si dijeras 20 años, creo que muchos lo creeríamos".

Su declaración en una conferencia puede parecer inocua, pero el mercado lo interpretó de una forma totalmente distinta, provocando una caída significativa de las acciones de las empresas estadounidenses más especializadas: Rigetti Computing (-45,41%), IonQ (-39%), D-Wave Quantum (-36,13%) y Quantum Computing (-43,34%).

Estas habían visto triplicarse sus acciones al menos el año anterior, impulsadas por un avance significativo de Google, filia de Alphabet, y la creciente demanda de potencia de cálculo debido a la aparición de aplicaciones de inteligencia artificial generativa. En diciembre, Google armó un buen revuelo al anunciar que habían resuelto en minutos un problema que a un ordenador convencional le habría llevado varios miles de millones de años con un chip de nueva generación, desatando la locura por sus acciones.

En abril de 2024, Microsoft y Quantinuum anunciaron que habían dado un paso decisivo hacia la comercialización de ordenadores cuánticos, aunque no especificaron cuánto tiempo se tardaría en superar las capacidades de un superordenador convencional con esta nueva tecnología.

Si quieres saber más sobre el mundo de la informática cuántica, descubre cómo invertir en este complejo sector.