13 ago (Reuters) -La confianza del consumidor en Estados Unidos cayó de manera brusca a principios de agosto, a un mínimo de una década, ya que los estadounidenses tenían percepciones inciertas sobre todo orden de cosas, desde las finanzas personales hasta la inflación y el empleo, mostró una encuesta el viernes.

La inesperada medición podría hacer reflexionar a los responsables de política monetaria de la Reserva Federal sobre si esto se traducirá en los próximos meses en un descenso de la actividad económica.

El banco central ha estado acercándose a una decisión sobre cuándo empezar a retirar el estímulo extraordinario que puso en marcha para proteger la economía de la pandemia del COVID-19.

La Universidad de Michigan dijo que su índice preliminar de confianza del consumidor cayó a 70,2 en la primera mitad del mes, desde una lectura final de 81,2 en julio.

Se trata del nivel más bajo desde 2011 y una de las seis mayores caídas de la encuesta en los últimos 50 años. Los otros desplomes fueron en lo más profundo de la recesión de 2007-2009 y durante la primera oleada de confinamientos en abril de 2020, al comienzo de la pandemia.

Las pérdidas fueron generalizadas en todos los subgrupos de ingresos, edad y educación y abarcaron todas las regiones. Los economistas encuestados por Reuters habían pronosticado que el índice se mantendría sin cambios en 81,2.

Los índices bursátiles estadounidenses cayeron justo después de la publicación del reporte, mientras que el precio del oro ganó terreno. El rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos tocaron mínimos de sesión.

"La nueva caída sugiere que la última oleada de casos del virus impulsada por la variante Delta podría ser un lastre mayor para la economía de lo que habíamos pensado", dijo Andrew Hunter, economista de Capital Economics.

Todavía se espera que el crecimiento económico avance este año a su ritmo más rápido en cuatro décadas, tras caer en una breve recesión en 2020 causada por la pandemia de coronavirus.

Sin embargo, la recuperación está mostrando algunos indicios de enfriamiento y los casos de COVID-19 se han duplicado en las últimas dos semanas para alcanzar un pico de seis meses a medida que la variante Delta, más transmisible, se propaga rápidamente por todo el país.

La escasez de mano de obra en el sector de servicios también persiste, mientras que han continuado las interrupciones de las cadenas de suministros.

(Editado en español por Carlos Serrano y Javier López de Lérida)