Ante las declaraciones a veces contradictorias del presidente estadounidense, en ocasiones resulta difícil hacerse una idea precisa de sus objetivos económicos. Para intentar aclarar las cosas, hagamos un breve resumen de la situación: la visión económica de Donald Trump está centrada en Estados Unidos y se orienta al crecimiento, el empleo industrial (a través de la reindustrialización del país) y la competitividad.

Para ello, quiere actuar en varios frentes. En primer lugar, aboga por unos tipos de interés bajos, en torno al 1%, con el fin de reducir el coste de la deuda y favorecer el crédito, el sector inmobiliario y el consumo. En segundo lugar, desea depreciar el dólar para estimular las exportaciones y apoyar la competitividad de las empresas estadounidenses, al tiempo que reequilibra la balanza comercial. La imposición de aranceles masivos al acero, los automóviles o numerosos países tiene por objeto forzar indirectamente una caída del dólar. Sin embargo, las injerencias del presidente estadounidense no están exentas de riesgos y plantean la cuestión de la independencia de la Fed, además de que podrían hacer que el dólar perdiera su condición de valor refugio.

Todos estos factores explican en gran medida el retroceso registrado por el billete verde desde principios de año. La superación de los 1,1675 por el EUR/USD podría acentuar aún más la tendencia, a pesar de la persistencia de las divergencias bajistas que se materializan en los indicadores técnicos. Así, como se indicó en estas columnas la semana pasada, habrá que esperar a que se rompa la media móvil de 50 días, que actualmente se sitúa en torno a 1,1380, para confirmar un agotamiento de la tendencia alcista y que el dólar recupere cierto atractivo. Mientras tanto, los objetivos de subida a corto plazo se sitúan en 1,1918/28, antes de los 1,2000/35. A más largo plazo, niveles como 1,2190 o incluso 1,2340 siguen siendo posibles, aunque conviene ir paso a paso. Desde el punto de vista táctico, no se recomienda comprar en rupturas debido a la presencia de divergencias bajistas; en su lugar, se favorecerán las compras en los retrocesos.

El par USD/JPY nos ha jugado una mala pasada con la reintegración directa de los 146,60/145,70 el mismo día en que se superó esta zona. Esta falsa salida amplía de hecho los límites del rango a 148,00/65 en la parte alta y 142,00 en la parte baja. El USD/CHF se ha topado con su resistencia intermedia en 0,8225 y se dirige hacia 0,7900, con una primera resistencia en 0,8115.

En cuanto a las divisas vinculadas a las materias primas, el AUD ha probado con éxito su soporte clave en 0,6390, mientras que el NZD ha reaccionado bien en 0,5900 en paralelo. En cuanto al USD/CAD, sigue mal orientado mientras no se supere 1,3805.