1 mar (Reuters) - El pasado septiembre, en las áridas colinas del norte de Nevada, un grupo de flores que no se encuentra en ningún otro lugar del planeta murió misteriosamente de la noche a la mañana.

Los conservacionistas sospechan de ioneer Ltd, una empresa australiana que quiere extraer el litio que se encuentra bajo las flores para usarlo en las baterías de los vehículos eléctricos.

Un grupo conservacionista denunció en una demanda que las flores, conocidas como alforfón de Tiehm, fueron "desenterradas y destruidas". La rara planta suponía un problema para ioneer porque las autoridades estadounidenses podrían incluirla pronto en la lista de especies en peligro de extinción y echar por tierra el proyecto minero.

Ioneer niega haber dañado las flores. La causa de su muerte sigue siendo objeto de un acalorado debate, al igual que el destino de la mina de litio.

El choque de prioridades medioambientales que subyace en la batalla por el alforfón de Tiehm -conservación frente a energía verde- es un microcosmos de un dilema político mucho más amplio para el nuevo Gobierno del presidente Joe Biden, que ha hecho grandes promesas a los ecologistas, así como a los grupos sindicales y otros que se benefician del impulso de la minería.

Para complacer a los conservacionistas, Biden se ha comprometido a reservar al menos el 30% de las tierras federales y las zonas costeras de Estados Unidos para su conservación, el triple de los niveles actuales.

Pero ese objetivo podría entrar en conflicto con sus promesas de acelerar la electrificación de los vehículos y reducir la dependencia del país de China en cuanto a tierras raras, litio y otros minerales necesarios para las baterías de los vehículos eléctricos. El Gobierno ha calificado la dependencia de Pekín como una amenaza para la seguridad nacional.

La administración se verá obligada a tomar decisiones difíciles que enfadarán a unos u otros.

"No puede haber energía verde sin minería", dijo Mark Senti, presidente ejecutivo de la empresa de imanes de tierras raras Advanced Magnet Lab Inc. que tiene su sede en Florida. "Esa es la realidad".

Los imanes de tierras raras se utilizan para fabricar una serie de productos electrónicos de consumo, además de misiles de precisión y otras armas.

Dos fuentes familiarizadas con las deliberaciones de la Casa Blanca sobre minería dijeron a Reuters que Biden planea permitir que las minas que producen metales para vehículos eléctricos se desarrollen bajo las normas ambientales existentes, en lugar de enfrentarse a un proceso más estricto que se aplicaría a la minería de otros materiales, como el carbón.

Biden está abierto a permitir más minas en terrenos federales, dijeron las fuentes, pero no dará a la industria carta blanca para excavar en todas partes. Eso significará probablemente la aprobación de minas de tierras raras y litio, aunque ciertos proyectos de cobre -incluyendo una mina de cobre propuesta en Arizona por Rio Tinto Plc y a la que se oponen indígenas- probablemente se enfrentarán a un escrutinio mayor, dijeron las fuentes.

La Casa Blanca no quiso hacer comentarios para este artículo.

HAY QUE CAVAR

Se espera que la demanda por los metales usados en las baterías de los vehículos eléctricos aumente considerablemente a medida que los fabricantes de automóviles, como Tesla Inc, BMW y General Motors expandan la producción de vehículos eléctricos. California, el mayor mercado de autos de Estados Unidos, pretende prohibir por completo los motores que funcionan con combustibles fósiles para 2035.

Biden ha prometido convertir toda la flota gubernamental de Estados Unidos -unos 640.000 vehículos- en vehículos eléctricos.

Según Benchmark Minerals Intelligence, el plan podría multiplicar por 12 la producción de litio en Estados Unidos para 2030, así como aumentar la producción de cobre, níquel y cobalto. Los terrenos federales están repletos de muchos de estos metales EV, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.

"No hay forma de que se produzcan suficientes materias primas ahora mismo para empezar a sustituir millones de vehículos de motor de gasolina por vehículos eléctricos", dijo Lewis Black, director general de Almonty Industries Inc, que extrae tungsteno en Portugal y Corea del Sur.

A pesar de esa escasez, las minas propuestas en Estados Unidos por Rio Tinto Ltd, BHP Group Ltd, Antofagasta Plc, Lithium Americas Corp, Glencore Plc y otras están suscitando una fuerte oposición de grupos conservacionistas. Los proyectos suministrarían suficiente litio para más de 5 millones de baterías y suficiente cobre para más de 10.000 vehículos eléctricos por año.

Las empresas mineras insisten en que las tierras federales pueden seguir estando protegidas mientras Estados Unidos aumenta la producción de los minerales necesarios para acelerar la transición a vehículos eléctricos.

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la industria minera "impulsaron la narrativa de que necesitamos minar en todas partes y menoscabar las salvaguardias ambientales para construir más baterías", dijo Drew McConville de The Wilderness Society, un grupo de conservación. "Confiamos en que el gobierno de Biden va a dejar de lado esa falsa narración".

Earthworks y otros grupos ecologistas están presionando a los fabricantes de automóviles para que sólo compren metales de minas consideradas respetuosas con el medio ambiente por la Initiative for Responsible Mining Assurance (IRMA), un grupo sin ánimo de lucro. BMW, Ford Motor Co y Daimler han acordado cumplir las directrices de la IRMA, y otros fabricantes de automóviles podrían seguir su ejemplo.

PROYECTOS EN RIESGO Biden no se ha pronunciado sobre dos controvertidos proyectos de minas de cobre de PolyMet Mining Corp y de Twin Metals, una filial de Antofagasta Plc en la región de Boundary Waters, una zona ambientalmente sensible, de Minnesota. El secretario de Agricultura, Tom Vilsack, el departamento que supervisa las aguas, se ha opuesto en el pasado al proyecto de Twin Metals, argumentando que amenazaba espacios naturales y marismas. Deb Haaland, la nueva secretaria de Interior, el departamento que controla la mayor parte de las tierras federales, votó anteriormente a favor de un proyecto de ley que habría prohibido la extracción de sulfuro de cobre en el norte de Minnesota. El proyecto de ley, cuya autora es la diputada demócrata de Minnesota Betty McCollum, se volverá a presentar este mes, dijeron sus colaboradores a Reuters. No obstante, los conservacionistas siguen preocupados por el hecho de que el atractivo del cobre para los vehículos eléctricos y otros dispositivos de energía renovable pueda ayudar a que las minas se aprueben finalmente. "Si fueran minas de carbón, me sentiría mucho más cómodo sabiendo que no se aprobarán", dijo Pete Marshall, de Friends of the Boundary Waters. FAUNA, TERRENOS SAGRADOS Y FLORES En Arizona, Biden prometió a los indígenas locales -cuyos votos le ayudaron a ganar el estado- que tendrían un "asiento en la mesa" si derrotaba a Trump. Pero aún no se ha reunido con ellos para discutir las preocupaciones de que la mina de cobre propuesta por Río Tinto destruya sitios sagrados considerados como el hogar de deidades.

Otros proyectos controvertidos son la mina Stibnite de Idaho, de Perpetua Resources Corp, respaldada por John Paulson, que está siendo objeto de un nuevo examen por parte del personal de la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos por temor a que contamine caladeros de indígenas. La mina produciría oro y antimonio, usados para fabricar aleaciones para baterías de vehículos eléctricos.

En Nevada, el Departamento de Vida Silvestre teme que las minas de litio proyectadas por ioneer y Lithium Americas perjudiquen los hábitats de las truchas, los ciervos y los berrendos. La mina de Lithium Americas recibió la aprobación federal el mes pasado, pero los ganaderos han demandado al gobierno de Estados Unidos para revertir esa decisión.

"La energía renovable y los autos eléctricos no son ecológicos si destruyen un hábitat importante y provocan la extinción de la fauna", dijo Kelly Fuller, del Western Watersheds Project, que se opone al proyecto Lithium Americas.

En Nevada, la muerte de las flores de alforfón de Tiehm en el emplazamiento minero propuesto por ioneer sigue siendo un punto de controversia. El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos ha formulado la teoría de que ardillas sedientas pueden haber roído las raíces de más de 17.000 flores en busca de agua en medio de una sequía en el estado.

El Centro para la Diversidad Biológica, que se opone a la mina, dijo que había pruebas de que los humanos destruyeron las flores. "La naturaleza selectiva de los daños, combinada con la ausencia de heces, huellas de patas, pezuñas u otras evidencias de vida silvestre sugieren la participación humana", dijo el grupo en una presentación judicial.

El Servicio de Pesca y Vida Silvestre tiene previsto pronunciarse este verano boreal sobre si la flor es una especie en peligro de extinción, una designación que impediría el desarrollo de la tierra que ioneer está intentando explotar.

Ioneer ha contratado a científicos para trasladar las flores a un nuevo emplazamiento, aunque no está claro si ese proceso tendrá éxito. "Podemos extraer este litio y también salvar esta flor", dijo James Calaway, presidente de ioneer.

(Reporte de Ernest Scheyder reporte adicional de Trevor Hunnicutt; Editado en español por Javier López de Lérida)