El Gobierno de Estados Unidos acusó a China de imposibilitar que las aerolíneas estadounidenses reanuden sus servicios en territorio chino, ordenando a cuatro aerolíneas chinas que le presenten sus horarios de vuelo.

El Ejecutivo del presidente Donald Trump no llegó a imponer restricciones a las aerolíneas de China, pero dijo que las conversaciones con el país no han dado lugar a un acuerdo.

El Departamento de Transporte de Estados Unidos, que está tratando de persuadir a China para que permita la reanudación de la actividad de las aerolíneas de pasajeros estadounidenses en su territorio, retrasó por un breve tiempo a principios de esta semana algunos vuelos chárter chinos por no cumplir con los requisitos de notificación.

En un documento publicado en un portal web del Gobierno de EEUU consultada por Reuters, el departamento señaló que Delta Air Lines y United Airlines quieren reanudar los vuelos a China en junio. Las aerolíneas chinas han mantenido sus vuelos a EEUU durante la pandemia de COVID-19.

El documento dice que Air China, China Eastern Airlines Corp, China Southern Airlines Co, Hainan Airlines Holding Co y sus subsidiarias deben remitir a las autoridades estadounidenses sus horarios y otros detalles sobre sus vuelos para el 27 de mayo. El departamento advirtió que podría concluir que los vuelos chinos "son contrarios a la ley aplicable o afectan negativamente al interés público".

United Airlines rechazó hacer comentarios. No fue posible ponerse en contacto con las otras compañías aéreas estadounidenses y chinas, la Administración de Aviación Civil China (CAAC, por sus siglas en inglés) y el Ministerio de Asuntos Exteriores chino para recabar comentarios.

El departamento dijo en una declaración que ha "denunciado esta situación ante las autoridades chinas, mostrando en reiteradas ocasiones su condena del fracaso de China en permitir que las compañías aéreas estadounidenses ejerzan plenamente sus derechos, así como de la negación a las compañías aéreas estadounidenses de su derecho a competir de manera justa y equitativa con las compañías aéreas chinas", calificando la situación de "crítica".

El 31 de enero, EEUU prohibió la entrada a la mayoría de los ciudadanos no estadounidenses que hayan estado en China durante los 14 días anteriores a su viaje, pero no impuso ninguna restricción a los vuelos chinos. Las principales aerolíneas estadounidenses decidieron voluntariamente detener todos los vuelos de pasajeros a China en febrero.

(Información de David Shepardson; información adicional de Brenda Goh, Stella Qiu y Ryan Woo desde Pekín y Tracy Rucinski desde Chicago; editado por William Mallard; traducido por Darío Fernández en la redacción de Gdansk)