Antecedentes del estudio

En este estudio de 2013,  los investigadores analizaron la relación entre la rentabilidad bruta de las empresas, medida como el cociente entre el valor añadido (ventas menos coste de los bienes vendidos) y los activos, y la rentabilidad media de las acciones. Esta metodología se aleja de los enfoques tradicionales que se centran en la relación entre el valor contable y el valor de mercado (B/M) para predecir los rendimientos. El estudio utilizó regresiones cruzadas, una técnica estadística, para examinar los rendimientos de las empresas en función de la rentabilidad bruta, controlando al mismo tiempo otros factores como el tamaño de la empresa y la ratio B/M. 

Resultados del estudio

Los resultados del estudio son reveladores. Las empresas rentables generan rendimientos significativamente más altos que las no rentables, a pesar de tener ratios de valoración más elevados. Al incorporar la rentabilidad bruta a las estrategias de valor, el rendimiento mejora considerablemente, sobre todo en el caso de los valores más líquidos. Estos resultados son difíciles de conciliar con las explicaciones populares de la prima de valor, ya que las empresas rentables son menos propensas a sufrir dificultades financieras, tienen una mayor duración del flujo de caja y niveles más bajos de apalancamiento operativo. Además, el control de la rentabilidad bruta explica la mayoría de las anomalías de los beneficios y una amplia gama de estrategias de negociación aparentemente no relacionadas. El estudio muestra que las estrategias basadas en la rentabilidad bruta, aunque sean estrategias de crecimiento, proporcionan una excelente cobertura para las estrategias de valor y reducen la volatilidad global de una cartera de valor.

Aportaciones del estudio al campo de la inversión bursátil

Este estudio ofrece una nueva perspectiva de la inversión bursátil al destacar la importancia de la rentabilidad bruta como indicador de rendimiento. Los inversores pueden plantearse ahora ajustar sus estrategias de valor incorporando la rentabilidad bruta para mejorar los rendimientos y reducir el riesgo. Las estrategias que combinan la selección de valores basada en el valor con la rentabilidad bruta parecen ofrecer un mejor conjunto de oportunidades de inversión. En la práctica, los inversores deberían considerar la posibilidad de crear carteras que favorezcan a las empresas con una elevada relación entre beneficios brutos y activos, teniendo en cuenta al mismo tiempo su valoración de mercado. Esto podría implicar la selección de acciones de empresas que no sólo parezcan infravaloradas, sino que también demuestren su capacidad para generar elevados beneficios en relación con sus activos. 

En conclusión, el estudio "The other side of value: The gross profitability premium" sugiere que los inversores deberían replantearse las estrategias tradicionales de valor y considerar la rentabilidad bruta como un predictor clave de los rendimientos bursátiles. Este enfoque podría conducir a decisiones de inversión más informadas y potencialmente más rentables en los mercados financieros. 

A modo de ejemplo, añado a este estudio algunas empresas que actualmente tienen una alta rentabilidad bruta sobre activos y bajas valoraciones: