Un proceso  difícil, por no decir imposible. Para hacer frente a la escasez de energía y a los consiguientes cortes de electricidad, Pekín ha obligado a sus campeones nacionales del carbón a aumentar considerablemente su ritmo de producción. El objetivo es ambicioso, ya que se trata de un esfuerzo de casi 100 millones de toneladas de carbón, que debe alcanzarse antes de que finalice el año. Este plazo mínimo dice mucho de las dificultades de China para satisfacer su demanda de electricidad en los próximos meses.

Sin embargo, la tarea de China se complica por el mal tiempo, que actualmente golpea con fuerza a algunas de sus provincias productoras de carbón con lluvias torrenciales e inundaciones. Como consecuencia, decenas de minas están cerradas o paradas, lo que ha hecho que los precios alcancen nuevos máximos. La referencia nacional marcó un nuevo récord al superar los 1.500 yuanes por tonelada.

Evolución de los precios del carbón en China, en yuanes (Zhengzhou thermal coal futures)

Fuente : Bloomberg

Otro efecto de bola de nieve. En la (gran) familia de las víctimas colaterales de la explosión de los precios de la energía, hace quince días hablé de la subida de los precios de los fertilizantes, que van de mal en peor por la caída de la oferta. Hoy introduzco un nuevo miembro, el zinc, que esta semana ha alcanzado un máximo anual de 3.400 dólares, un nivel no visto desde 2018. Al igual que con los fertilizantes, las industrias que hacen un uso intensivo de la energía se están viendo muy afectadas por la subida de los precios de la misma. Nyrstar, uno de los mayores productores de zinc del mundo, ha anunciado que reducirá la producción hasta un 50% en sus tres fundiciones europeas a partir de hoy.

A más largo plazo, el Grupo Internacional de Estudios sobre el Plomo y el Zinc estimó en su última publicación que el mercado del zinc debería seguir siendo excedentario el próximo año. Sin embargo, se espera que este excedente disminuya de 217.000 toneladas a 44.000 toneladas en 2022.

Evolución del precio del zinc, en USD 

Fuente: LME

Cuidado con los perros dormidos. A pesar de las presiones inflacionistas, apostar por el oro en 2021 no es la idea del año por el momento. Con una caída de casi el 7% desde el 1 de enero, está claro que el metal dorado no participa en el rally de las materias primas. A pesar de que las expectativas de inflación apuntan al alza, los tipos reales se mantienen en mínimos. Este fenómeno podría acabar restaurando la reputación de la reliquia bárbara.

Evolución del precio del oro en USD (escala de la izquierda) y del tipo real a 10 años en EE.UU. (escala de la derecha)

 

 Fuente: Tesoro de EE.UU., World Gold Council