2 feb (Reuters) -El Banco Central Europeo volvió a subir los tipos de interés el jueves y apuntó a al menos otra subida de la misma magnitud para el mes que viene.

El BCE ha estado subiendo los tipos a un ritmo récord para combatir un repentino brote de alta inflación en la zona del euro, consecuencia de factores como las secuelas de la pandemia del COVID-19 y una crisis energética que siguió a la invasión rusa de Ucrania.

El banco central de los 20 países que comparten el euro subió el tipo que paga por los depósitos bancarios otro medio punto porcentual, hasta el 2,5%, en línea con lo que dijo en diciembre y con las expectativas del mercado.

El BCE apuntó a que la próxima subida será de la misma cuantía.

"A la vista de las presiones inflacionistas subyacentes, el Consejo de Gobierno (del BCE) tiene intención de subir los tipos de interés otros 50 puntos básicos en su próxima reunión de política monetaria de marzo y, a continuación, evaluará la trayectoria posterior de su política monetaria", declaró la institución.

Antes de la decisión, los inversores y economistas esperaban que el BCE subiera su tipo de depósito otros 50 puntos básicos en marzo y lo situara en un máximo del 3,25%-3,50% para el verano, que sería el nivel más alto desde principios de siglo.

El miércoles, la Reserva Federal de Estados Unidos ralentizó el ritmo de sus subidas de tipos y reconoció que la desinflación estaba en marcha, al tiempo que reafirmó que los costes de endeudamiento aún deben subir más.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ofrecerá una rueda de prensa a las 13:45 GMT.

Es probable que se le pregunte hasta qué punto la decisión del jueves fue respaldada por sus colegas del Consejo de Gobierno del BCE y qué haría falta para que el banco central también empiece a subir los tipos en incrementos más pequeños.

Antes de la decisión del jueves, Lagarde había rechazado cualquier sugerencia de que el BCE estuviera cediendo en su lucha contra la inflación, por lo que los inversores esperan en general que reafirme esa postura.

PERSPECTIVAS SOMBRÍAS

Los últimos datos económicos de la eurozona presentan un panorama desigual.

La inflación general ha experimentado un rápido descenso desde que en octubre alcanzara la cifra récord del 10,6%, pero los precios subyacentes, que excluyen elementos volátiles como los alimentos y el combustible, han aumentado a un ritmo constante o acelerado.

La zona del euro registró un crecimiento inesperado en los tres últimos meses de 2022, pero ello se debió en gran medida a un invierno excepcionalmente suave y a la excelente evolución de Irlanda.

Una encuesta del BCE mostró que los bancos están restringiendo el acceso al crédito en la mayor medida desde la crisis de la deuda de 2011, por lo general el presagio de un menor crecimiento y de desaceleración de la inflación.

En diciembre, el BCE dijo que subiría los tipos "a un ritmo constante" hasta que se sienta satisfecho sobre el retorno de la inflación hacia su objetivo del 2%.

Pero desde entonces, estas orientaciones se han convertido en una fuente de confusión para los inversores y de controversia en el seno del Consejo de Gobierno del BCE, ya que la inflación general cayó bruscamente, mientras que el crecimiento de los precios subyacentes seguía aumentando.

Los partidarios de subir los tipos, como el neerlandés Klaas Knot, el eslovaco Peter Kazimir y el esloveno Bostjan Vasle, han pedido explícitamente una subida de 50 puntos básicos también en marzo.

Sin embargo, los partidarios de una subida más moderada, como el griego Yannis Stournaras y el italiano Fabio Panetta, han abogado por que el BCE se abstenga de comprometerse en marzo.

(Edición de Catherine Evans; editado en español por Darío Fernández)