Más de nueve meses después de la "operación militar especial" del presidente ruso sobre Ucrania, los países occidentales no pierden la esperanza en su lucha por frenar el esfuerzo bélico ruso. Con este objetivo, así como para obligar a Rusia a vender su crudo con descuento y reducir sus ingresos presupuestarios, los europeos han impuesto un embargo al petróleo ruso y han limitado el precio del barril a 60 dólares. Este techo de precios tiene como principal objetivo garantizar cierta estabilidad en el mercado y no desestabilizar la producción mundial. 
En respuesta, algunos avispados han entrado en acción: China, India e incluso Turquía han empezado a engullir todo ese crudo no vendido de Europa a precio de saldo. Las importaciones chinas de petróleo ruso aumentaron un 28% en mayo y es probable que sigan creciendo. Del mismo modo, India ha comprado 60 millones de barriles a Rusia en 2022, frente a los 12 millones de 2021, y el petróleo ruso representa ya el 22% de las importaciones de petróleo del país. Al parecer, los rusos utilizan petroleros fantasma “shadow tankerspara eludir las normas occidentales y realizar entregas a China y la India sin pasar por los puertos o las aguas territoriales de los países europeos. 
A la espera de otras sanciones que llegarán en febrero de 2023 sobre los productos refinados, el Kremlin sigue buscando soluciones alternativas. Si estas medidas no desestabilizan a nadie, benefician a algunos. China e India aceptan con apetito de ogro el petróleo ruso a menor coste. 

¡El Oro Negro ruso gira a estribor!

Dibujo de Amandine Victor para MarketScreener