Rusia se ha opuesto durante años a las criptodivisas, alegando que podrían utilizarse para el blanqueo de dinero o para financiar el terrorismo. Finalmente, les dio estatus legal en 2020, pero prohibió su uso como medio de pago.

En diciembre, el precio del bitcoin cayó después de que Reuters informara, citando fuentes, que el regulador ruso estaba a favor de una prohibición completa de las criptodivisas.

En un informe publicado el jueves, el banco central afirmaba que la demanda especulativa determinaba principalmente el rápido crecimiento de las criptodivisas y que éstas presentaban características de una pirámide financiera, advirtiendo que podrían formarse burbujas en el mercado, amenazando la estabilidad financiera y a los ciudadanos.

El banco propuso impedir que las instituciones financieras realicen cualquier operación con criptodivisas y dijo que deberían desarrollarse mecanismos para bloquear las transacciones destinadas a comprar o vender criptodivisas a cambio de dinero fiduciario, o divisas tradicionales. La prohibición propuesta incluye los intercambios de criptomonedas.

Los rusos son usuarios activos de criptodivisas, dijo el banco central, con un volumen anual de transacciones de unos 5.000 millones de dólares.

Rusia es el tercer país del mundo en la minería de bitcoins, por detrás de Estados Unidos y Kazajstán, aunque este último país podría sufrir un éxodo de mineros por el temor a una regulación más estricta tras los disturbios de principios de este mes.

El banco central dijo que la minería de criptomonedas creaba problemas de consumo de energía. El Bitcoin y otras criptomonedas se "minan" mediante potentes ordenadores que compiten con otros conectados a una red mundial para resolver complejos rompecabezas matemáticos. El proceso consume mucha electricidad y a menudo se alimenta de combustibles fósiles.

"La mejor solución es prohibir la minería de criptomonedas en Rusia", dijo el banco.