Por Stella Yifan Xie en Hong Kong, Costas Paris en Nueva York y Stephanie Yang en Taipei 
    THE WALL STREET JOURNAL 

HONG KONG -- Mientras las economías occidentales vuelven a la vida, una nueva ola de focos de Covid-19 en Asia --donde las campañas de vacunación siguen en sus fases iniciales-- está creando nuevos cuellos de botella en la cadena de suministro mundial, amenazando con elevar los precios y trabar la recuperación de la pandemia.

Un brote en uno de los puertos con mayor actividad del mundo en el sur de China ha provocado retrasos en el transporte mundial, mientras que las infecciones en puntos clave de la cadena de suministro de semiconductores en Taiwán y Malasia están agravando la escasez de chips a escala global que ha lastrado la producción en las industrias del automóvil y tecnológica.

Estos nuevos escollos se suman a la preocupación por la inflación, después de que China y Estados Unidos registraran esta semana sus mayores repuntes anuales en los precios industriales y de consumo, respectivamente, en más de una década. Si esos problemas continúan --y empeoran-- podrían pesar en el crecimiento mundial.

Durante gran parte del año pasado, China, Taiwán y otras partes de Asia mantuvieron a raya la pandemia mejor que Estados Unidos y Europa y limitaron en parte los daños económicos. Pero a medida que el ritmo de vacunación ha aumentado en Occidente, los gobiernos han empezado a retirar las restricciones y las economías están renaciendo.

Los esfuerzos por inmunizar a la población en Asia, por su parte, han sido menores y las autoridades en general han mantenido controles fronterizos más estrictos para evitar la transmisión del virus. Con todo, el Covid-19 se ha propagado. Tailandia ha sufrido en los dos últimos meses su peor repunte de casos, mientras que Vietnam --un centro industrial cada vez más popular que en general no se vio muy afectado por las olas de contagio anteriores-- también pasa por un momento difícil.

Las bajas tasas de vacunación en Asia podrían hacer que sigan imponiéndose la distancia social y la prohibición a los viajes, lo que perturbaría a las fábricas y socavaría el gasto de los consumidores.

"Esto llega en un momento realmente frágil en el que acabamos de empezar a ver la recuperación del comercio mundial", comenta Nick Marro, analista en Hong Kong de Economist Intelligence Unit.

En Yantian, un puerto en la ciudad china de Shenzhen, al sur del país, un brote entre los estibadores ha paralizado prácticamente el tráfico, presionando más a la industria del transporte internacional que ha lidiado con una persistente escasez de contenedores vacíos y con el bloqueo del Canal de Suez este año.

Algunos buques han tenido que esperar hasta dos semanas para cargar en Yantian, donde aproximadamente 160.000 contenedores esperaban para ser subidos a los barcos, según operadores. El precio de transportar un contenedor de 12 metros a la costa este de Estados Unidos ha aumentado a US$6.341, según el Freightos Baltic Index, un 63% más desde el inicio de 2021 y más del triple de lo que costaba un año antes.

Yantian canalizó casi un 50% más de carga el año pasado que el puerto de Los Ángeles --el de mayor movimiento de Estados Unidos-- y en el primer trimestre de este año el volumen de contenedores se incrementó un 45% frente al mismo periodo de 2020. La actividad del puerto, por el que pasan más de 13 millones de contenedores al año, ahora se sitúa al 30% de los niveles normales y los retrasos podrían continuar durante varias semanas, señala Hua Joo Tan, analista de Liner Research Services.

Lars Mikael Jensen, responsable de red de A.P. Moller-Maersk A/S, el gigante naviero danés, dijo que la demora que se vive en Shenzhen se palpará en todo el mundo, al afectar a productos vendidos en Walmart Inc. y Home Depot Inc., compañías que cuentan con centros logísticos en el puerto.

"Es un puerto enorme y muy activo y cuando tienes retrasos allí, hay un efecto dominó en las cadenas de suministro de todo el mundo", explicó Jensen, cuya empresa está desviando 40 portacontenedores desde Yantian a otros puertos, entre ellos el de Hong Kong. El bloqueo del Canal de Suez duró una semana y llevó 10 días despejar el atasco, indicó.

"No hay un final a la vista. Los chinos mantendrán todo cerrado hasta que estén seguros de que el Covid no se expandirá", afirmó.

Mientras, Taiwán, que representa una quinta parte de la capacidad manufacturera mundial de chips --de los cuales una proporción significativa se emplean en la industria del automóvil-- está sufriendo su peor brote de Covid-19 desde el comienzo de la pandemia.

Más allá del alcance que tendrá esto en las compañías tecnológicas y en las cadenas de suministro del sector de la automoción, las interrupciones podrían suponer nuevos desafíos para las exportaciones chinas, uno de los principales pilares de la recuperación económica, y azuzar las presiones inflacionistas mundiales. Los últimos retrasos en los puertos podrían traducirse en unos precios de consumo mayores en todo el mundo.

El brote de coronavirus en Shenzhen, una de las ciudades más pobladas de China que es responsable de aproximadamente una décima parte de la producción económica del país, ha forzado a algunos fabricantes a subir los precios e incluso detener la producción temporalmente para evitar una mayor erosión de sus márgenes de beneficio. Pese a ello, algunos miembros del Gobierno y analistas han quitado hierro al impacto de momento.

--Jon Emont en Singapur y Yang Jie en Tokio contribuyeron a este artículo.

-Escriba a Stella Yifan Xie a stella.xie@wsj.com, Costas Paris a costas.paris@wsj.com y a Stephanie Yang a stephanie.yang@wsj.com

Versión española de Carlos López Perea carlos.perea@dowjones.com

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June 11, 2021 12:58 ET (16:58 GMT)