Reeves, que se unirá el sábado en Pekín a una reunión del Diálogo Económico y Financiero entre el Reino Unido y China con su homólogo chino, el viceprimer ministro He Lifeng, y posteriormente viajará a Shanghai, estará acompañada por el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey.
Está previsto que hable de los servicios financieros, los lazos comerciales y la importancia de la cooperación en cuestiones como el cambio climático, según informó el Tesoro.
Su comparecencia ofrece la oportunidad de persuadir a los inversores de que tiene planes para hacer frente a un fuerte aumento de los costes de endeudamiento del gobierno británico, debido en parte a una venta mundial de bonos que amenaza con descarrilar sus planes presupuestarios.
La reunión sigue a un diálogo abierto el año pasado entre el primer ministro Keir Starmer y el presidente Xi Jinping, el primero entre los líderes de ambos países desde 2018.
"Encontrando un terreno común en materia de comercio e inversión, al tiempo que somos francos sobre nuestras diferencias y defendemos la seguridad nacional como el primer deber de este gobierno, podemos construir una relación económica a largo plazo con China que funcione en el interés nacional", dijo Reeves en un comunicado.
El planteamiento adoptado por el gobierno laborista, elegido en julio, contrasta con el de la anterior administración conservadora, que adoptó un enfoque enérgico respecto a las diferencias con China, en particular sobre los derechos humanos, Hong Kong y las acusaciones de espionaje chino.
Preguntado el jueves si Reeves plantearía cuestiones de derechos humanos, el portavoz de Starmer dijo que su visita encajaría con la postura de Londres de que adoptaría un enfoque estratégico respecto a China y la desafiaría "enérgicamente" cuando fuera necesario.
Starmer ha descrito desde hace tiempo su deseo de construir una relación con China que esté "enraizada en los intereses nacionales del Reino Unido" impulsando el comercio, una tarea que puede resultar más difícil si el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, cumple su amenaza de imponer aranceles a todas las importaciones.
China es el cuarto socio comercial de Gran Bretaña, con un comercio de bienes y servicios de casi 113.000 millones de libras (138.000 millones de dólares).
(1 dólar = 0,8162 libras)